Cargando...
Docentes inconscientes
El equilibrio es un estado fundamental en el ordenamiento universal. Es necesario en todos los órdenes de la vida para sustentar la armonía que requiere nuestra existencia. La actitud de los docentes en huelga ha roto ese principio y es, por tanto, desequilibrada.
Aguafiestas, no respetaron la solemnidad del 15 de Agosto sacando los trapos al sol cuando la casa estaba con visitas. No aceptan que el equilibrio presupuestario es vital en todo sistema financiero, incluido el estatal. La exagerada presión ejercida en pos de sus demandas convierte su accionar en extorsión: “Si no me das lo que pido, seguiré perjudicando a tus hijos”. Abusadores de la libertad, carentes de valores éticos, amenazan con candadear escuelas si se les niega el pago por no trabajar. La huelga, por sí sola, puede ser digna; facturada a la sociedad, es una estafa, aunque sea legal.
Tampoco se avienen a reparar el daño ocasionado a los niños.
El MEC debería revivir su idea de ponerlos a trabajar en diciembre. Enseñar en febrero lo que se debe rendir este año, inaugura un producto educativo-financiero curioso: el pase de grado a crédito, a través de exámenes que adivinan el aprendizaje futuro.
Recuperar noviembre para enseñar y destinar diciembre para exámenes finales y planilleo, es una salida razonable para esta emergencia, y para siempre. Los demás empleados, públicos y privados, trabajan en diciembre, y sin vacaciones de invierno. ¿Es justa la holganza rentada de los maestros mientras todo el mundo trabaja?
¡Por supuesto! La dictadura sindical argüirá que los derechos adquiridos (privilegios antirrepublicanos) son irrenunciables. Deben saber que, en el mundo real, únicamente la muerte es irreversible; todo lo demás es revisable.
La aldea global en que vivimos hoy exige el mejoramiento de la instrucción pública en el Paraguay, meta inalcanzable si buscamos pretextos para eludir el trabajo.
El nuevo rumbo meramente declarativo no basta; debe plasmarse en innovaciones positivas para redimirnos de la pobreza.
Víctor Manuel Ruiz Díaz
Sanie y las palmeras
Hace unos días escuché alegremente a la periodista Sanie López Garelli decir en un canal que le sorprendía el nombre de una calle de Villa Morra, específicamente “De las Palmeras”, ya que, según ella, en la misma no existen palmeras. Mi visionario tatarabuelo Don Francisco Morra, héroe civil del Paraguay, médico italiano que actuó en la Guerra Grande sirviendo a ambos bandos, primer director del Hospital de Clínicas y miembro del Consejo de Medicina por decreto del Gral. Bernardino Caballero, antes de fundar su empresa de Tramways de tracción a sangre (mulitas), tuvo la ardua faena de transformar y reconstruir una inhóspita selva como era la Asunción de la posguerra en lo que hoy se conoce como “el corazón de Asunción” (1888).
Debe saberse que cuando el Dr. Morra hacía abrir calles en esos espesos bosques, planeando la formación de un pueblito y dirigiendo personalmente las picadas, mal podía detenerse pensando en dar nombres especiales o militares a caminos recién abiertos, y así fue que para facilitar a pobladores y vecinos del lugar, en especial a los inmigrantes italianos que vinieron a iniciativa suya en 1890, y poder ellos orientarse con facilidad, por ejemplo, donde mandó construir una fábrica de pan y galleta la llamó “De la Panadería”, que en nombre de la “civilización y progreso” fue cambiada por “Quesada”. Otros nombres eran “De los Artistas” (Dr. Hassler), “De las Aves” (MacMahon). De las Palmeras es la única calle que aún conserva su antigua denominación y en donde, felizmente, si uno observa atentamente y se toma el tiempo para recorrer la misma y no las galerías, se dará cuenta que aún subsisten palmeras. Lo que sí debería preguntarse la periodista son los méritos que hicieron “India Juliana” o “22 de Junio de 1876”, o por qué cuando recorremos Asunción parecería que estamos en un escenario de guerra permanente con tantos “mayores” y “tenientes”. No será extraño que algún concejal presente en el futuro un proyecto de cambiar la denominación de Villa Morra por el de “Villa Guerra”.
Alejandro Morra
Basura en Villa Guaraní
Hay una grave situación sanitaria en Villa Guaraní, específicamente las calles que colindan la cancha del CURDA, paralela a Molas López entre Julio Correa y Sacramento (Capitán Ortiz, Tte. Fernández, etc.).
El camión recolector de basura está pasando solamente una vez cada 7 días y las basuras se acumulan y esto traerá graves problemas de sanidad, especialmente ahora que comienza la época de calor y el desarrollo del dengue. Ya se hicieron los reclamos a la Municipalidad, pero, para variar, nadie soluciona.
Gastón Salas Y.