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Transporte público metropolitano
Las páginas de este periódico vienen ocupando con asiduidad, y por cierto con mucho esmero, el conflicto relativo a la preferencia en la instalación de un sistema de metrobús, el metrobús o la reactivación del ferrocarril alimentado por electricidad.
Noto, sin embargo, que todo el conflicto radica fundamentalmente en los costos de instalación de rieles sumado al de los vagones utilizables en el sistema.
Quienes apoyan a una u otra tesis, a modo de licitación periodística solamente se ocupan de este detalle del mismo modo que lo hacen aquellos que compiten en concurso de precios para todos los servicios de nuestra colectividad.
Ninguno piensa en determinar los siguientes puntos: a) La duración de los elementos de servicio, comparándolos con uno u otro sistema; b) El currículum de tales sistemas, uno u otro, en otros países donde ya han tenido utilización y, lógicamente éxito o fracaso, buscando que nuestra decisión esté basada en el entusiasmo que siempre despierta el éxito; c) El currículum técnico de los proponentes y, a la vez, su reputación como administradores de otras obras o empresas.
He notado que las empresas son naturalmente extranjeras, pero no lo son ni los proponentes ni son conocidas las personas que defienden con evidencia de su capacidad si no uno solo de los sistemas: el del monorriel. El ingeniero Hermann Pankow es un profesional conocido en nuestro país, con currículum que lo califica como exitoso, educado en instituciones que respaldan la importancia de su educación social y técnica, sin ninguna vinculación política que lo pueda demeritar. Observo también que nadie está apreciando todas estas circunstancias, y mucho menos, su arraigo natural ¡Es paraguayo!
Alejandro Encina Marín
Legionarios y traidores de hoy
Creo que después del exterminio ignominioso del pueblo paraguayo en la Guerra contra la Triple Alianza (1864–1870) lo que se hizo y se sigue haciendo en contra del Paraguay en el tema “Mercosur” es lo más indignante e injusto y humillante que pueblos llamados civilizados han podido infligir a un país “hermano”, por motivos inexistentes y solamente justificatorios de tanta bajeza.
Y es tan degradante que no solo antes pudo hablarse de legionarios y traidores a la patria, sino que hoy hay paraguayos que borrachos de ideología bolivariana, sino comunista, o cerca le anda, que descaradamente a quienes quieran escucharlo apoyan la miserable acción principalmente de los tres negros personajes que conformaban con el Paraguay el proyecto del Mercosur, apoyados por sus “amigos” bolivarianos. Estos paraguayos que bajo la sombrilla del disoluto exobispo Fernando Lugo se escudan junto con él para convertirse –vaya uno a saber porqué– en auténticos y reales traidores a la patria.
Deberían perder la ciudadanía paraguaya por demanda del pueblo pleno de esta sufrida nación. Y voy a mencionar solo a algunos, a quienes he escuchado o leído sus declaraciones, seguro de que detrás de ellos habrá otros no pocos que son de la misma ralea: comienzo con el propio Lugo procaz y mentiroso, y sigo con el hoy senador Hugo Richer ,el doctor Carrillo Iramain que destila odio hacia la genuina democracia, y sobre todo con el ingeniero Ricardo Canese.
Este último a quien le consideraba un amigo y le tenía admiración por su actuación profesional, debo decirlo, que ya no puedo considerarme amigo de este señor pues es tanta la desilusión que me ha causado –esta mañana lo he escuchado por radio– al decir tal sarta de disparates, metiéndose en explicaciones atolondradas, pues aparte de opinar sobre su especialidad, debería cerrar el pico. Él como los otros tiene todo el derecho del mundo de ser comunista, socialista, bolivariano, luguista, izquierdista, anarquista, budista, musulmán etc., etc., pero lo que un hombre como Canese miembro de una honorable familia asuncena, no puede ser es ser legionario, sumándose a quienes han agraviado tanto al Paraguay y use tanta saña para tildar de “usurpador del poder” “de presidente golpista” y otros tantos calificativos vergonzosos, que no hacen sino demostrar su soberbia ignorancia sobre la legitimidad del gobierno de Federico Franco.
Sin embargo, no lo tilda de autócrata, de este sí usurpador, de nula legitimidad del poder que obtuvo con malas artes, persiguiendo a quienes no comulgan con él, engañando a su pueblo, repartiendo dinero a sus secuaces tanto internos como internacionales, y el Ing. Canese, nada dice, acepta mansamente que Venezuela haya asumido en perjuicio de nuestro legítimo derecho, la presidencia pro témpore del Mercosur, donde se metió de espaldas y por la ventana, con la complicidad aviesa de dos repelentes y torpes mujeres y un hombre que como guerrillero habrá sobresalido, pero que poco favor le hace como presidente sumiso y con escasa personalidad, al glorioso pueblo oriental.
Y dale con que Paraguay debe, sin decir agua va, aceptarle a Venezuela como socio pleno del Mercosur y someterse sin más a la desfachatez de que el pajarito Maduro sea presidente pro témpore del Mercosur. Y hoy leyendo los diarios que posiblemente formen parte del nuevo gobierno o ya senadores de la nación , dicen que es fundamental que Paraguay ingrese al organismo en cuestión y que se dialogue con esos países que le han asestado una inmunda puñalada; que hay que contemplar la conveniencia de tener a Venezuela dentro del Mercosur y tratar de nuevo el tema en el actual Senado paraguayo. Y así le soplan al oído al presidente electo, que ha dado una lección inmensa a propios y extraños de tener entereza moral en la defensa de la dignidad de la patria.
Federico Callizo Nicora