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Profesionalización
Leí el editorial del diario ABC Color del martes 4 de junio, cuyo título fue: “Profesionalización para acabar con el clientelismo”. Estoy totalmente de acuerdo.
“El clientelismo estatal” que venimos arrastrando desde el gobierno colorado de Stroessner, es el mal más dañino que debe ser extirpado por el gobierno que asumirá próximamente. Es alarmante la cantidad de empleados estatales contratados para no hacer nada. El gigantesco y sobredimensionado aparato estatal se lleva el 80% de los ingresos del Estado en sueldos. En la administración pública deberían trabajar las personas más honestas, más hábiles y solidarias. La mayoría de los empleados públicos, ingresan a trabajar gracias a la clientela partidaria, no por su aptitud o idoneidad para el cargo; están allí por el sueldo y nada más.
“El Estado”, como empleador, debería ser un celoso patrón, pero nada de eso sucede en nuestra nación. El clientelismo político va en constante aumento en la administración pública, sea cual fuese el partido que la gobierne. Más de 20 años de supuestos gobiernos democráticos en nuestro país y comprobamos que a la hora de acaudillar, todos los que pasaron por el gobierno se sirvieron de los entes públicos y de sus funcionarios para obtener ventajas personales o electorales.
En el actual gobierno liberal se ha descubierto un nuevo negociado, en la Secretaría del Ambiente (Seam), en donde los principales directivos venían cobrando una parte de los salarios de funcionarios contratados. Este es el cambio que nos prometieron ¡Vaya cambio! Hay una urgente necesidad de reformar las administración pública; nefasta e infame que padecemos en el Paraguay y la mejor manera es mediante la profesionalización de los empleados públicos, la meritocracia se impone, que sean contratados por medio de un concurso de méritos, para que así entren los mejores y más aptos en los respectivos trabajos que van a desempeñar. Contratar lo justo y necesario deber ser la premisa.
Los paraguayos estamos cansados de gobiernos con una administración corrupta, inepta y atrasada en todas las órdenes, con burócratas inútiles, ignorantes, haraganes y partidariamente sectorizados. El nuevo gobierno tiene la magnífica oportunidad de saldar la deuda histórica que tienen con el país. Dedicarse al fin primordial de la política; el bien común, es decir bienestar del sufrido pueblo paraguayo.
Óscar Patricio Alonso Pérez
El PLRA y Cartes
El Partido Liberal no puede estar representado por una persona que en su vida conoció el trabajo. Desde que nació, junto a todos sus hermanos estuvieron prendidos a las tetas del Estado. Como Intendente fue un fiasco y derrotado por un oscuro personaje de apellido Quintana, luego se fue como asesor a Itaipú organizando certámenes de fisiculturismo para regalarle al “esposo” de la Senadora Zulma Gómez 80 millones. En fin, el verdadero Partido Liberal corresponde a los Eligio, Eusebio, José P. y otros grandes dirigentes y Estadistas. No merece estar representado por estas caricaturas de dirigentes, que piden a gritos en los medios, de manera torpe y desesperada que el Pdte. electo les “hable y por favor se reúna con ellos”, siendo que Horacio Cartes hace rato habrá negociado con el corredor de rallies Blas Llano darle algunos “carguitos” sin importancia para que siga la fiesta y no tocar a sus “honestos” dirigentes del equipo joven.
El Partido Liberal debe recuperar su dignidad arrebatada por quienes usurpan su dirigencia, debe depurarse en la llanura y no negociar de nuevo a espaldas del pueblo por algunos cargos para que siga autodestruyéndose.
Es perentorio que dejemos de ser observadores y de alguna forma se expulse a estas plagas disfrazadas de dirigentes políticos de la conducción partidaria que debe ser tomada por dirigentes con trayectoria y experiencia de manera a conducir al partido de manera digna como oposición y por sobre todo que lo fortalezca como Institución para que deje de ser de propiedad exclusiva de algunas familias o de algunos dirigentes inescrupulosos que viven desde que nacieron “subsidiados” por el Estado. No por ser pesimista pero si aquellos dirigentes de bases siguen contemplando todos estos desmanes de esta angurrienta dirigencia decadente, corrupta e insensible el Partido Liberal tiende a desaparecer, quedando el país en manos de los nuevos aliados (Horacio Cartes y Fernando Lugo), lo que sería otra desgracia para el país que ya no merece seguir con este infortunio.
Arnaldo Gaona