LOS LECTORES OPINAN

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Yo lloro por ti Argentina

Lo que está sucediendo en la hermana República Argentina, tan cara a nuestros afectos y desafectos, motiva una pequeña reflexión, ya que solo demuestra el estado de descomposición política y moral que sufre ese riquísimo país. Podríamos señalar algunos aspectos que fueron marcando hitos en esta ruta.

1) El famoso maletín que personeros del régimen bolivariano de Venezuela, en aquel entonces a cargo de Chávez, generosamente enviaban justo en la etapa de la campaña electoral de C.F.K., que quedó impune o como nosotros folclóricamente decimos, oparei. Eso algo impúdico y grosero que marca toda una filosofía de comportamiento político, sin importar lo moral ni lo ético. 2) Un vicepresidente y titular del Congreso, que aun con numerosos procesos a cuestas, continúa en su cargo, apoyado por la propia Presidenta de la Nación, siguiendo esa misma política de a mi que me importa y con eso demuestro que soy la que manda. 3) La destrucción del aparato productivo del país que le ha llevado a perder importantes mercados para sus productos, así como el cepo cambiario y el amplio intervencionismo estatal, en cuya implementación ha estado al frente un ministro de Comercio que más parecía un patotero que un secretario de Estado. 4) El memorándum firmado con Irán en el caso Amia, que groseramente invalida o minimiza todo lo que dificultosamente había investigado su órgano natural, la justicia, con lo cual la subalterniza a lo que puedan congeniar los poderes de ambos países, en un mayúsculo desatino institucional, que lleva a la interrogante de si para qué existe un Poder Judicial si el Ejecutivo lo aparta de las investigaciones y entra en tratativas con el Estado acusado de organizar ese vil y cobarde atentado.

Por último, se produce el “suicidio” de un valiente fiscal que se atrevió a formular una acusación de encubrimiento contra la Presidenta, contra su canciller Timerman, contra el Dip. Larroque y contra un personaje como D’Elía, (el Ramón Aquino de ellos) que es lo más parecido a un patotero. Para cerrar y no alargar el tema, aunque hay muchas más cosas que considerar, a) La colonización de la justicia Argentina por parte del Gobierno, que quiere cooptarla y en gran parte ya lo hizo. b) Lo dicho por una parlamentaria oficialista que es sumamente esclarecedor y comprometedor, al decir que ahora ellos iban a ir “con la punta del botín” contra el fiscal. b) Pero lo más patético es que el canciller Timerman, siendo de origen judío, se haya prestado a firmar ese mamotreto antijurídico con los verdugos de sus paisanos. Hay una descomposición moral tan grande de la clase política de ese país y especialmente del Gobierno, que duele por ser un país vecino hermano y que en mayor o menor medida lo que acontece allí nos afecta de alguna manera, que lo único que puedo decir en este momento es que: Yo lloro por ti Argentina.

Julio Giménez

Aplaudiendo la ignorancia

“Cada pueblo tiene el Gobierno que se merece” dice el dicho. Cada vez estoy más convencido de esta frase, pueblo ignorante y mediocre es igual a gobernantes mediocres e ignorantes. El ejemplo más reciente, el tan mediático diputado Portillo, no por sus grandes proyectos para el país, sino por su falta de capacidad. Un señor que no es capaz de completar una frase coherente es ovacionado por un pueblo al tratar con prepotencia a un policía. Si bien sabemos que los policías no son los mejores que existen en este país, creo que un representante del Estado tiene que actuar como tal y demostrarle al pueblo como uno debe ser, inculcar valores. Pero bueno, en este país suena a utopía.

Volviendo a la realidad, seguimos en un país que por el momento se sigue imponiendo el “che la amandáva”, “che la autoridad”, el famoso “así nomás luego es”, o en este caso en particular “es ningo gracioso, vamos a aplaudirle”.

Señores, aplaudamos logros, menciones y más que nada aplaudamos a la gente joven que busca mejorar este país, dejemos de lado las noticias amarillistas, el populismo e impulsemos a los jóvenes a cambiar este hermoso país. Ovacionemos a aquellos que sudan para lograr que este país se levante de las cenizas.

Lo único bueno que rescato es que estoy convencido de que al menos 1 de cada 3 de nosotros los jóvenes, queremos y estamos buscando la transición de este país, a un país más allá de los colores, mas allá del amiguismo, de la prepotencia o el “mbarete”.

Marcos Rabino

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