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Delincuencia política
Paraguay se ha convertido en centro de operaciones de la delincuencia organizada, que opera a través de la propia estructura del Poder. Las instituciones gubernamentales repartidas y administradas por la clase política, permanentemente involucrada en hechos delictivos en perjuicio del Estado, diariamente denunciados por el mismo gobierno y publicados en los medios de comunicación. La actual administración tiene un gran desafío, el país está inmerso en caos moral e institucional, totalmente saqueado por gobiernos anteriores, indefenso, débil y vulnerable, incapaz de brindar garantía y seguridad a la población, tal como está ocurriendo en la desatinada lucha contra supuestos guerrilleros hace más de 15 años.
Mientras persistan prejuicios políticos, errores y complicidad en el empleo de las FF.AA. y los poderes del Estado son incapaces de aplicar medidas políticas, jurídicas y sociales apropiadas para controlar la situación, la delincuencia organizada seguirá burlándose de los organismos de control y seguridad, contaminándolos con elementos infiltrados de la mafia y la subversión. La mafia se combate neutralizando los negocios de la droga, lavado de dinero, tráfico de armas, cuyos gestores y protagonistas están disfrazados como inversionistas.
La subversión normalmente es de origen ideológico. Su objetivo es la toma del Poder por medio de las armas; se combate con tropas especiales de las FF.AA., cortando vías de comunicaciones, apoyo logístico, y se procede a su destrucción.
La delincuencia común se combate creando fuentes de trabajo, capacitación y reinserción social. En Paraguay existen más de 250.000 delincuentes que adoptaron la delincuencia como medio de vida, asfixiados por la pobreza y falta de oportunidades laborales. Es absurdo pensar que la delincuencia y los conflictos sociales se resolverán con medidas represivas sin combatir la causa por otros medios. El EPP no es una guerrilla organizada logística y operacionalmente, no constituye objetivo para la FF.AA., son elementos armados mimetizados dentro de la población civil cuya persecución compete a la Policía Nacional, lastimosamente esta institución está mal empleada bajo directivas de civiles no preparados, como son los fiscales y el propio ministro del Interior.
Es un error formar Fuerzas de Tarea Conjunta con la Policía Nacional, cuyos principios y procedimientos operacionales son distintos a las FF.AA. Por doctrina la FTC se forma con elementos del Ejército, Marina y Fuerza Aérea, bajo directiva del Cmte. en Jefe y altos mandos militares, donde el Cmte. de la FTC debe ser un general combatiente del Ejército con autonomía de tomar decisiones para el cumplimiento de la misión.
El fracaso de las operaciones militares en el norte es consecuencia de los errores operacionales, falta de directiva e instrucciones precisas en cuanto a los procedimientos a ser aplicados referentes a los elementos subversivos. Los más graves son la descoordinación y ausencia de Unidad de Mando. El Cmte. de la FTC, una vez asumido el mando en el teatro de operaciones, todas las instituciones comprometidas a la operación deben estar bajo su control, (pues) son consideradas elementos de apoyo.
De nada sirve el aparatoso y costoso desplazamiento de las Fuerzas Militares si no se cumplen los principios básicos doctrinarios del empleo de las FF.AA. en el teatro de Operaciones. El Cmte. en Jefe y los altos mandos militares como también los subordinados se exponen a cometer graves errores que pueden ser calificados como crímenes de lesa humanidad.
Aurelio Neón Aquino
Caliente caliente
Me preocupa cómo será el verano que viene, con las temperaturas que ya estamos soportando en este invierno. Es absurdo que se quiera negar el calentamiento global, si en pleno invierno casi rozamos los cuarenta grados. Creo que es más que justo que los colectivos que se compren con dinero donado parcialmente por el Estado tengan acondicionadores de aire, pero para todos y con un pasaje razonable, no al doble del actual.
Francisco Romero