LOS LECTORES OPINAN

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Derroches

¡Quiero que los funcionarios del Congreso vayan a huelga! Así se constatará que no hacen nada, que son una carga inútil para el erario público. Manga de haraganes prebendarios que forman parte de la cuota de sus jefes los dipuchorros y senarratas, que ahora van a protestar porque parece que se quedan sin uno de sus ¡cinco aguinaldos!

Mientras, la mayoría de la gente vive al día, cuando no por debajo de la línea de la pobreza, sufriendo, batallando, remando para sobrevivir. Mientras, los chupópteros de los megacorruptos parlamentarios nadan en aguinaldos, un derecho que todavía le es negado a muchos en su versión legal y anual.

El Congreso casi no trabaja. Los parlamentarios se reúnen una vez por semana, así que no se entiende para qué necesita tantos empleados que la mayor parte del tiempo están tomando tereré o politiqueando. Vayan a la huelga por favor, que el resto del mundo seguirá girando. Por lo menos no van a gastar agua, luz, wi-fi.

Diego Guerrero

Aparato represivo

El doctor Alfredo Boccia Paz publicó un libro titulado “El aparato represivo”, que se refiere a la larga dictadura del general Alfredo Stroessner. Se trata de un documento importante e ilustrativo que debe ser conocido por todo el pueblo paraguayo, especialmente por la juventud que creció después del 3 de febrero 1989.

Pero, según mi opinión, el libro no llega a agotar el tema de su contenido. Deseo hacer notar, brevemente, lo siguiente: No se subraya, debidamente, el papel jugado por el Gobierno de los EE.UU. de América como soporte principal de la bestia –mezcla de Hitler y Nerón– que soportó sobre sus espaldas el pueblo paraguayo, durante 35 años. El 13 de enero de 1947 fue el del más aleve golpe de Estado ejecutado por el dictador Higinio Morínigo y su aliado Natalicio González, promovido descaradamente en la Embajada de los EE.UU., que vino a truncar la marcha del proceso político paraguayo hacia la Asamblea Nacional Constituyente, libre, democrática y civilizada, destinada a la implantación de un Estado de Derecho inserto en la comunidad de naciones democráticas nacida en la pos Segunda Guerra mundial.

Desde aquel día casi todos los golpes de Estado ocurridos en nuestro país fueron propiciados por la “American Embassy”, incluido el que llevó al poder a Stroessner en mayo de 1954. Este país tenía la política de implantar dictaduras represoras que evitaran el advenimiento de gobiernos democráticos, a cuya luz podrían surgir movimientos destinados a la liberación de políticas económicas no funcionales a los intereses norteamericanos. Stroessner siempre fue débil con los países más fuertes, renunciando, en ese sentido, servilmente a la defensa de los derechos del Paraguay ante gobiernos extranjeros. Fue servil lacayo de USA, Brasil, Argentina, etc. Ese fue el motivo principal de su larga duración en el poder.

El doctor Boccia Paz olvidó también mencionar el genocidio del pueblo Aché, casi exterminado en la década 1970/80 por su abyecta política de favorecer a la gente pudiente en detrimento de los ancestrales derechos de los pobres. El genocidio brutal de este pueblo inocente y desarmado fue para ampliar la frontera agrícola de los sojeros ricos, en su mayoría brasileros. Este crimen, tiene un precedente en la historia americana. El malvado Sarmiento, liberal como Mitre, Roca, Pedro II, etc. (nada que ver con el PLRA paraguayo). Tras la salvaje consigna “gobernar es poblar”, Sarmiento, de triste memoria para los paraguayos, exterminó a tribus enteras de indígenas argentinos para entregar sus tierras a los inmigrantes europeos. Stroessner no fue el inventor del método, pero sí un eficiente alumno de Sarmiento (ver el Correo Semanal del 12/7/14, artículo del antropólogo Miguel M. López).

Manuel Vargas Talavera

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