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Bilingüismo irracional
Si diez personas quieren reunirse y fijan un lugar para ello, y acuden todas a la hora señalada, es absolutamente seguro que lograrán su propósito.
De otro modo, si designan dos lugares distintos y se dirigen todas, separadamente, a cualquiera de ellos, es altamente probable que no puedan juntarse, por causa de la programación irracional del encuentro, que se propone ubicar un conjunto indivisible en dos lugares diferentes, simultáneamente.
Al considerar que nuestro sistema lingüístico pretende conectar a todo un pueblo con dos códigos diferentes de comunicación, la analogía con el supuesto que antecede nos permite calificarlo con el mismo adjetivo: irracional. Gracias al bilingüismo, el 39% de paraguayos no puede hablar con otros 25% de compatriotas, verdadera tragedia nacional de la que no entiendo cómo pueden algunos sentirse orgullosos.
La insensatez aludida sube de tono con el resultado previsible de la intención de bilingüizar al 100% de la población. Si todos entendemos el guaraní, no necesitamos del castellano, y si todos hablamos este idioma, sobra el guaraní.
Para colmo, el efecto ambiguo del vocablo “bilingüismo” contribuye a crear confusión sobre el tema. A nivel individual es muy útil, nos permite hablar con todos, pero en el ámbito nacional ocurre exactamente lo contrario, divide a la nación en dos bandos incomunicados.
Ante esta perspectiva, para que la Constitución Nacional nos libere de gastos improductivos relacionados al idioma, no tiene otra alternativa más que relevar del cargo oficial al guaraní y dejarlo en libertad para esperar el fin de sus días, tranquilamente, en compañía de sus hijos predilectos, Analfabeto e ignorancia.
La otra opción, prescindir del castellano, es impensable. El aislamiento lingüístico del mundo hispanohablante, sumado a la mediterraneidad geográfica, sería catastrófico.
Víctor Manuel Ruiz Díaz
Esterilización animal
Tener mascotas no es obligatorio, pero quien las tenga debe estar comprometido a cuidarlas. Lo que está ocurriendo ahora con la crecida del río es muy triste. Centenares de mascotas y animales de cría abandonados por sus dueños, que terminan muriendo ahogados, o de hambre, en medio de los pantanos. Sé que la crecida no es culpa de sus dueños, pero el compromiso con nuestras mascotas debe existir siempre, no podemos abandonarlas ante el primer peligro, porque ellas dependen de nosotros.
Por eso considero que los animales deben ser esterilizados y no se debe permitir su alegre reproducción, cuando no hay forma de cuidarlos.
Esto es clave para el bienestar de las mascotas y también de los seres humanos, porque sabemos que los animales salvajes se pueden enfermar y transmitir sus enfermedades a los humanos.
También es importante que la gente que quiera tener una mascota busque adoptar uno de estos animalitos abandonados y no gastar millones en uno “de raza”.
Carlos Delgado