LOS LECTORES OPINAN

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Cuidacoches

Estoy cansado de convivir a diario con gente (cuidacoches) que desordena totalmente la ciudad. Se aglutinan bajo una asociación que nada puede hacer para cubrir la infiltración de personas, por más que traten de hacer bien su “trabajo”. No pueden los “asociados” o no asociados dar garantías a la gente por la supuesta prestación de servicios. A diario uno ve que existen cada vez más, en todas partes se instalan más, ya que ven la desidia de las autoridades para tocar temas tan importantes, que a través del tiempo cuesta más erradicar, como el caso de los vendedores ambulantes frente a los hospitales. En ambos casos utilizan el supuesto de llevar el pan de cada día a sus hogares por ser pobres, de una forma egoísta ya que llevan el “pan de cada día” a sus hogares a través de la gente que perjudican.

En el caso de los cuidacoches que utilizan la vía pública para que los ciudadanos estacionen sus vehículos (tantos como puedan sin respetar un espacio mínimo entre ellos), para que no golpean o abollen los demás autos, contradiciendo exactamente lo que sería cuidarlos. Se recuestan contra la chapería o ponen sus termos de tereré sobre los automóviles. El ciudadano que con su trabajo honesto compra su vehículo se ve obligado a obedecer para que no se lo rayen. Y todavía no estamos hablando de que cuando se trata de mujeres o personas con cierta edad, los amedrentan para robar, ¡porque eso es robar!

En el parque Carlos Antonio López por ejemplo anteriormente los cuidacoches eran vendedores de frutas. De mañana temprano viene una camioneta Nissan Terrano color blanco, se bajan un señor y señora con sillas, tereré y mal vestidos empiezan a exigir a los conductores por el cuidado de vehículos. En una oportunidad presencié que un conductor no le quiso pagar a la señora porque su espejito se rompió, cuando se acerca el señor a reclamarle a la señora que por qué lo dejó ir sin pagar el cuidado de su vehículo.

Estoy indignado ya que a menudo escucho las extorsiones y amedrentamientos a mi novia en la zona de la catedral por estacionar su vehículo en “sus zonas”, a pasos de la Comandancia y Policía Urbana.

Germán Malvetti

Bocón

Este bocón y verborrágico Nicanor, inmerecido embajador paraguayo en la Argentina, tembiguái de los bolivarianos y de Cristina Fernández, está protagonizando otro triste y rastrero papel, en defensa de los intereses rioplatenses. Cuando estuvo en el gobierno llevó a un acuerdo innecesario de compra a crédito de petróleo venezolano por parte de Petropar, que tiene un tufo de negociado increíble y que no sabemos si hubo valijas al estilo de la princesa del Plata. Llama la atención que en esa época se fue consolidando el EPP sin que fuera prácticamente molestado por el lenguaraz.

Otra cosa que llama también la atención es su “diálogo” permanente con De Vido, sobre cuyo desempeño existen enormes dudas de su probidad como funcionario público de alto rango de aquel país. También se debería investigar qué bienes posee este Sr. tanto en nuestro país como en la Argentina y, si los tiene, pedir explicaciones sobre su origen. Con esta clase de embajador que defiende los intereses de la Argentina y agrede a los del Paraguay, en una especie de apatukada trasnacional, mejor contratar a un descendiente de Mitre porque por lo menos sabremos a qué atenernos.

Julio Giménez

Prebendarismo colorado

Causa mucha tristeza ver fotografías como las que publicó ABC Color en su portada, de gente presentándose para ocupar un puesto de trabajo en una institución pública, cuando por otro lado sale este asesor de la presidencia de la República Juan Carlos Baruja a decir que “El presidente (Horacio Cartes) da instrucciones en que si hay que dar un pequeño empujoncito, algún puntito de más para que nuestros amigos ganen (los concursos), yo quiero que cuenten con eso”. Creo que el gobierno de los técnicos se ha ido completamente al tacho con estas declaraciones.

Mariela Zárate

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