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Renuncien
Supongamos que ningún ministro de la Corte esté complicado en el asunto de la computadora de un miembro del Tribunal de Apelación, que sería desde luego en el mejor de los casos, así como antes fueron acusados en un chanchullo de tráficos de armas, que desde luego no ha sido probada la participación maliciosa de estos. Creo, sin embargo que sigue la investigación. Démosles el beneficio de la duda en ambos casos.
Pero, a mi juicio, el solo hecho de estar acusados o sospechados los hace inhábiles para seguir ejerciendo tan alto cargo, incluso si fueren ciertos los hechos acusadores, podría acarrear perjuicios “por complicidad” a los compañeros de ruta de los culpables.
Resulta asaz interesante recordar aquí el aforismo español de “quien mal anda mal acaba”. Hace rato que venimos advirtiendo a la ciudadanía el peligro de mantener una Corte de Justicia como la que tenemos.
Pienso que ahora ha llegado el momento para el gobierno de tomar “al toro por las astas” y procurar vencer los obstáculos nacidos del accionar de esa misma Corte, salvo los dos ministros últimamente nombrados. Con respecto a estos ya veremos si también como los otros se acogen a una sentencia que la dictará la propia Corte, haciendo lugar a que los mismos puedan continuar en sus cargos hasta los 75 años. O respetarán el plazo de 5 años para el cual fueron nombrados. Ya se verá.
Es hora que los miembros sospechados de hechos indecorosos, que nunca podrán guardar la rectitud y honorabilidad exigidas por la Constitución y la Ley, ya que estos “señores” ocupan cargos sin legitimación alguna, abandonen dichos cargos y presenten su renuncia.
Pero, son tan caraduras, que motu proprio no lo harán, por lo que invito modestamente a una gran manifestación de protesta, exigiendo que renuncien por lo menos los siete magistrados que están en serio entredicho. Creo que sin les queda algo de rubor en el rostro y de vergüenza en el corazón habrán de hacer caso al clamor de toda la ciudadanía de que se vayan a sus respectivas casas a gozar de las fortunas con que cada uno haya logrado alzarse.
Sugiero también, aprovechando la ocasión, al presidente de la Superior Tribunal Electoral, que presente renuncia al cargo que con toda razón podrá ser destituido por juicio político. De este modo harán bien al Paraguay y a la democracia.
Federico Callizo Nicora
Tuma y los golfistas
El abogado Tuma ha recibido un apoyo de un millón de dólares de los golfistas del Asunción Golf Club, para lograr la silla de la Intendencia de Asunción y eso me hace pensar. Fue un abogado Tuma quien se opuso terminantemente en Tribunales a devolver a Asunción las 44 hectáreas del Jardín Botánico, que les fuera prestada para hacer una cancha de golf. Ya debieron haberla devuelto hace 10 años y siguen dando vueltas.
¿Por qué Tuma recibe semejante apoyo? Creo los golfistas se quieren quedar con las 44 hectáreas del Botánico que hoy valen unos 100 millones de dólares. Con la familia Tuma en la Intendencia tendrán casi ganada la pulseada.
También pienso muy mal de Samaniego (y de los anteriores intendentes), como de los sindicatos que supuestamente defienden a la ciudadanía y que no han tenido el coraje de cerrarle el portón con los camiones de basura hasta que devuelvan este patrimonio de todos los paraguayos. Sra. Maris Llorens, lleve los elefantes a recorrer el hoyo uno, la vamos a apoyar a rabiar.
Raúl A. Rivarola
Dictadura moral
Cuando el amor y la conducta humana se deterioran con mucha rapidez en la sociedad, el antídoto debe ser la aplicación de la dictadura moral. ¿Por qué esta pérdida de valores éticos? ¿Qué fuerza espiritual está invadiendo al hombre, para comportarse inmoralmente en todos los órdenes? ¿Será por los cambios de estilo de vida en las familias o los muchos progresos tecnológicos?
El hombre de esta época está muy echado a las exageradas comodidades, confort, lujos, demasiadas diversiones, alejado de Dios y de las buenas lecturas y con vicios que causan males físicos y psíquicos. ¿Por qué este desequilibrio interior? ¿Será que las profecías apocalípticas ya empiezan a afectar a nuestra vida? ¿O la difícil situación económica y financiera por la que están atravesando casi todos los pueblos del mundo?
Como remedio alternativo se podría implantar lo que al comienzo se menciona: una dictadura moral.
Antonio Carlés López