LOS LECTORES OPINAN

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¿Ignorancia o cinismo?

Luis Tavella, dirigente de la Unión Industrial Paraguaya, se explayó como era de esperarse, tratando de desacreditar la manifestación campesino-obrera, con una serie de inconsistencias. Lo hizo durante una entrevista con un medio televisivo, en la mañana del miércoles 26 de marzo. Yo no esperaba otra cosa de él.

Entre otras cosas, él dijo (palabras más, palabras menos) que estos dirigentes tienen que entender que con estas medidas (manifestaciones) no se consigue nada. (?) ¿Ignora la realidad o es puro cinismo? En caso de que sea pura ignorancia quiero recomendarle que lea sobre Martin Luther King, Gandhi, Rosa Parks, etc., etc.

¿No sabe él o no quiere saber sobre los derechos que, a fuerza de pedirlos han ganado los trabajadores en países como Argentina, Chile, Uruguay, por mencionar algunos?

También dijo, con un tono muy especial, que los trabajadores del sector industrial solo habían mostrado un ausentismo de aproximadamente el 10%, el porcentaje estaba compuesto, en gran medida, por gente “oportunista”, o sea aquellos que buscan cualquier pretexto para no ir a trabajar. Aunque Ud. no lo crea, ¡él lo dijo!

Para terminar, le aseguro, querido lector de este periódico, que si Tavella cayera en la desgracia de tener que vivir dos meses con el sueldo que su sector paga, él mismo se plegaría a manifestaciones como estas. ¿O no?
Arq. Tavella, si ama a su país, siga el consejo que el cantante británico Sting da en su canción, “If you love somebody, set them free” (si amas a alguien, déjalo libre). Déjese de expresarse como si estuviera tratando de amedrentar a los trabajadores para que no se manifiesten.

Luis Rodríguez

Recuperar bienes malhabidos

Siendo Presidente de un país será difícil dar el gusto a todos, ¿verdad? Pero en sus decisiones debe de primar la cordura, coherencia, justicia, sabiduría, etc. por y para el pueblo, que tome como prioridad dar gusto a los “políticos” ya estamos mal de inicio. Si bien es cierto que si estos señores no son satisfechos en sus pedidos, boicotean lo que el Presidente podría hacer por el pueblo, estas personas deben de hacer un lado sus intenciones, por el bien comunitario.

Si la persona elegida con votos del pueblo está usando su tiempo en negociar con los políticos no es buen negocio tampoco. Aquí el presidente Horacio Cartes debe de ser claro y conciso en sus decisiones. Primero están las necesidades del pueblo atendidas en tiempo y forma, siendo en segundo plano si están a lugar las pretensiones del sistema político. Desde siempre se ha preferenciado a esta clase de personas que solo buscan el bien propio en detrimento directo de los mandantes. ¿Cuándo será el día que el que esté a la cabeza del gobierno tenga las pelotas bien puestas para hacer las investigaciones sobre las fortunas de esta clase política que desangró y desangra al Paraguay para luego tomar las decisiones de embargar o confiscar estos bienes malhabidos ingresándolos de nuevo a donde deberían haber estado?

Calculemos de cuánto dinero estamos hablando. Fácilmente llegaríamos a los 100.000 millones de dólares americanos. Una cifra que haría del Paraguay toda una potencia, agregando que se deberían de sumar las evasiones fiscales que siguen a la fecha, que se calcula que son 7.000 millones al año, cifra nada despreciable, ¿verdad? Con todo ese dinero de regreso a las arcas del Estado e invertido en forma llegaríamos a ser un país mejor que del Primer Mundo.

Daniel Knecht

Testigo de la inmoralidad

Recuerdo que se hablaba de indígenas diciendo como alegoría que su democracia puede variar conforme a la aceptabilidad, pero el modo adyecto de menospreciarlos; es la bochicha de toda desigualdad. ¿Acaso seguirán diciendo que el problema mayor es la carencia de equidad de derechos?

Era mediodía sobre la Avda. Mariscal López, yo esperaba el segundo colectivo porque el primero me había ignorado, a mi lado camina una mujer indígena de edad completamente desnuda y al cruzar la calle un grupo de estudiantes comienza a reír de manera descontrolada tomando fotografías con sus celulares. La gente mayor no dijo una palabra quizá por la costumbre de ver stripers y travestis por esas calles, ya no les sorprende nada. Me pareció una actitud indebida de parte de esos jóvenes y más aún llevando sus uniformes puestos, aún así. Tengo esperanzas cuando oigo decir que la identidad indígena avanza y supera estigmas sociales. Apenas tengo dieciocho años, así que esto no es un escrutinio a favor o en contra de estos porque para muchos es voz de niño, digamos que es el intento de acatar donde otros no lo hacen. Jóvenes, respetemos.

Jordán Giménez

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