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Derecho a huelga
El gobierno de Cartes tiene mucho temor de la huelga general y busca sembrar el temor, utilizando estrategias comunicacionales de baja estofa. Recurre para ello inclusive a mensajitos vía whatsapp con muñequitos rezando, pidiendo que no pase nada ese día, así como a la difusión de grabaciones que suenan más falsas que un Judas.
Si Cartes fuera un poco más democrático, menos autoritario y más moderno comprendería que la huelga, que no puede objetar por ser un derecho constitucional, es una muestra también del desarrollo. En Francia y en Inglaterra se hacen. La gente sale a las calles, se expresa y al día siguiente vuelve a trabajar. No es el fin del mundo, Presidente, aggiórnese.
Arturo González
“Selección nacional”
Con mucha pena he visto y escuchado que de quienes fueron escogidos para integrar la llamada “Selección nacional” para apuntalar, supuestamente, al denominado programa gubernamental del “Nuevo Rumbo”. A ninguno de los seleccionados se le conoce de significativos antecedentes laudatorios, para haber sido merecedores de tan apreciados y por qué no decirlo, apetecidos sitiales.
Para parafrasear un tanto a la destacada periodista Ana Rivas, que en su última columna de “Condenado al éxito” nos pintó de cuerpo y alma cómo somos los paraguayos, en nuestra actuación en todos los niveles de la estructura social, que no estamos apegados al cumplimiento de la ley, y de paso por ello somos mezquinos y pacatos en otorgar méritos a sus merecedores y conceder lo suyo a quienes corresponda.
Y esto, como evidente consecuencia de que actuamos vaciados de los valores genuinos y cardinales de la civilidad, pero cargados de los más necios antivalores de la hipocresía, la falsedad, la deslealtad y la nefasta envidia, elementos configuradores del hombre mediocre, al decir de José Ingenieros, y antesalas seguras de la corrupción.
Nunca he visto concederse en el país responsabilidades de valía a gente que se destacó en el espectro público por sus conocimientos profesionales, su sincero compromiso con la sociedad y la patria y su límpido itinerario de actuación institucional, tales los casos, por ejemplo, de un Víctor Ramón Canclini, de un Enrique Marín, de un Darío Caballero Bracho y otros como Milciades Maidana Zayas, que hicieron sobrados méritos para ser tenidos en cuenta en el ejercicio de cualquier responsabilidad social.
Ramón G. Acosta
La vergüenza asuncena
Tuvo que morir una persona para que la Municipalidad reaccionara y decidiera tapar parcialmente esos miserables agujeros que se tragaron su vida. Qué muerte más absurda, sin sentido y evitable, por negligencia, por burocracia, por la ausencia de un sentido de responsabilidad y bien común.
Queremos que la Municipalidad de Asunción deje de gastar dinero en ridículas campañas como “Asunción Verde”, “Asunción te quiero limpia”, y demás pavadas donde no paran de lucirse las autoridades y, en cambio, se dedique a hacer de verdad. Nadie cree en estas publicidades, si sale a la calle y se lo traga un bache.
Pedro Maidana