LOS LECTORES OPINAN

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Ley Orgánica de la Policía

Con bastante desconcierto y una profunda tristeza he leído el escrito publicado en el diario ABC con el título “Modificación de la Ley Orgánica de la Policía, en Diputados”. Quienes nos sentimos con sentido de pertenencia hasta el extremo, con profundo afecto y un agradecimiento sincero a la institución policial, como me he considerado siempre, no podemos ni dejar pasar por alto este nuevo atropello que están queriendo cometer los politiqueros en contra de esta noble y sacrificada institución, cual es la Policía Nacional. Politiqueros son los que abundan en nuestro país, ya que la política en sí es el arte, la doctrina u opinión respecto a la cortesía y el buen modo de portarse y el verdadero político debe desarrollar su actividad con miras a asegurar la convivencia pacífica y armoniosa, y el bien común.

Un dicho se ajusta a esta nueva lamentable situación: “cada chancho en su estaca y cada lechón en su teta, es la forma de mamar”. Dicho de otra manera, es absolutamente imperativo que sean designadas personas idóneas, con capacidad de liderazgo y experiencia en cuestiones de seguridad, si queremos mejorar algo esta triste realidad de inseguridad.

No puede concebirse que personas que son designadas circunstancialmente y por períodos relativamente cortos en el Ministerio del Interior y que muchas veces ni siquiera han pisado una institución uniformada, menos aún conocen aspectos de la seguridad ciudadana, sean quienes en el futuro se encarguen de elaborar las políticas de seguridad interna del país. La práctica nos ilustra con relativa claridad que este tipo de experiencia no resulta y que si seguimos haciendo lo mismo seguiremos obteniendo como resultado más de lo mismo.

El artículo menciona que se autoriza a la Policía Nacional a percibir aranceles como recursos propios en ciertos conceptos, conforme a la reglamentación a ser dictada. Es ineludible, ya que todos los recursos financieros asignados a la Policía Nacional por la ley de Presupuesto General de la Nación fueron trasladados al Ministerio del Interior por administraciones anteriores y son manejados por personas ajenas a la institución que ni siquiera conocen las necesidades que representan los servicios que presta este organismo. Un comandante sin recursos económico-financieros para satisfacer las necesidades básicas de los servicios que presta la institución, en cualquier cosa, es cualquier cosa menos comandante.

Finalmente, se menciona como una nueva idea la creación de la especialidad de sanidad en la institución. Para quienes no están enterados, en la Ley Nº 309 Orgánica Policial, del año 1971 y la Ley Nº 877 Orgánica Policial del año 1981 ya se encontraban establecidos entre los oficiales y suboficiales de los servicios la especialidad de Sanidad.

Tomás Chamorro Barcovich

Vergüenza de ser colorado

Como paraguayo y como colorado que soy, me siento avergonzado por lo que se hizo en la Cámara de Diputados. Los que en su momento se opusieron al ingreso de Venezuela al Mercosur, los mismos que declararon persona no grata a Nicolás Maduro, defendieron ferreamente la adhesión del país caribeño al bloque y retiraron la sanción al presidente Maduro.

Esto es la mayor falta de respeto y la mayor humillación al pueblo paraguayo y a la democracia, así también lo es a nuestra soberanía e independencia. Es inaceptable que aquellas personas que han de defender al pueblo paraguayo hayan vendido nuestro honor a un precio tan bajo, es inaceptable que el Gobierno paraguayo se conforme con las migajas del banquete ajeno, que recogen del suelo.

Nos quejábamos porque Fernando Lugo seguía el camino de sus antecesores y se sometía totalmente a la voluntad de los intereses extranjeros, y lo más lamentable es que hoy ha quedado demostrado que el presidente Cartes se comporta de igual manera.

¿De qué le sirve a Paraguay pertenecer al Mercosur? ¿De qué nos sirve estar en un sitio en el que nos faltan al respeto, nos humillan y en el que se burlan de nosotros? Nada bueno puede esperarse de nuestro país y de este gobierno si a la mínima, dobla la rodilla y cambia de postura. ¿Tanto temor infunde la izquierda bolivariana que hoy gobierna en América Latina? ¿O es el imperio del Brasil el que infunde dicho temor?

Estamos nuevamente ante un asalto a la democracia, y ya no por parte de la izquierda luguista, si no por parte de unos bufones que se hacen llamar congresistas. El interés es lo que divide, une y reconcilia a esta plaga de ratas que supuestamente representan al pueblo paraguayo y que lo único que hacen es velar por el bien de su propio bolsillo, dejando de lado al pueblo, que tiene que sufrir una vez más la humillación y la falta de respeto por parte de los que “nos representan”

Me avergüenza la clase política del Paraguay, así también me avergüenzo de haber apoyado la candidatura de Horacio Cartes, quien hoy se ha ganado el título de proxeneta de la dignidad paraguaya.

Héctor M. Romero G.

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