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Lamentó que buscaron beneficios a corto plazo para el erario público o los consumidores, y no se han detenido a analizar las consecuencias no deseadas o colaterales de esas medidas, como la fijación de tasas máximas de interés en los créditos y otras “medidas irreflexivas”. Señaló que en este caso, como en otros, por ejemplo, la ley de Informconf, los legisladores no han entendido que el manejo de variables económicas y financieras configura un delicado equilibrio que solo puede ser reencauzado mediante una negociación efectiva en beneficio de todas las partes involucradas, no a través de medidas coercitivas que generan un efecto opuesto al buscado.
No obstante, manifestó que “afortunadamente” en Paraguay cada vez más ciudadanos, trabajadores y empresarios apuestan a la organización, al trabajo formal y responsable, y se lanzan cada día con audacia a construir este país.
Destacó asimismo que la desaceleración del crecimiento económico mundial, bajo la influencia de la gigantesca economía china, o las recesiones de Brasil y Argentina, combinadas con el peligroso fantasma de la inflación, por ejemplo, terminan afectando el día a día de naciones, de empresas, de las familias y de las personas.
Afirmó que en los últimos meses estos fenómenos han repercutido con fuerza en el plano local y que a muchos empresarios y empresarias paraguayas les ha afectado negativamente la retracción del consumo de bienes. “Otros siguen lidiando con repercusiones negativas por la caída en ingresos por exportaciones. Aun así, la economía paraguaya, en un contexto de reducción del crecimiento en Latinoamérica, será la de mayor crecimiento en la región”, afirmó.