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Según el doctor Carlos Britos, jefe del departamento Fauna, de la Dirección de Vida Silvestre de la Secretaría del Ambiente, estos animales tuvieron una alimentación asistida y luego fueron adaptados al alimento que iban a comer en el monte, y la semana pasada, se procedió a la liberación paulatina de las aves, sobre todo de aquellos que ya tenían las condiciones musculares y esqueléticas en condiciones.
En una de las etapas, los animales no veían a las personas y era para desacostumbrarlos a la presencia humana. Luego se les abrieron las ventanas para contactar con el ambiente, algunos empezaron a volar, a integrarse al monte.
Estos loritos fueron incautados el pasado 7 de diciembre en Neuland, Chaco.
En total son 211 animales de tres edades diferentes. Luego fueron llevados al parque nacional Teniente Enciso, ubicado a 650 kilómetros al norte de Asunción, en territorio chaqueño, donde fueron alimentados.
“La alimentación fue rigurosa. Comieron preparados artificiales porque necesitaban mucha proteína. Se les estableció una dieta especial y luego se les proveyó el alimento que iban a encontrar en la naturaleza, como las semillas, hojas y frutas del lugar”, explicó.
Los que ya volaron se adaptarán a esos alimentos y los que aún se quedan seguirán con la dieta preparada para que luego sean libres.
En un principio, 27 loros volaron. La mitad se alejó del lugar y la otra quedó por los alrededores. Otro grupo, saldrá la próxima semana. Se ha monitoreado el recorrido que hacen; además se colocaron alimentos más lejos del lugar, para que no tengan problemas de abastecimiento. Britos dijo finalmente que el proceso de crecimiento fue complicado porque son animales que se acostumbran al hombre, y romper ese cariño, fue muy difícil.