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Agregó que Recalde en más de una ocasión refirió que debe aprobarse el acuerdo suscrito por los presidentes Horacio Cartes y Mauricio Macri en mayo, porque es imperioso arreglar las finanzas del ente, que prácticamente está en quiebra, y que eso no condice con lo expresado por el director argentino de la EBY Humberto Schiavone, quien indicó que la maquinización del brazo Aña Cua del río Paraná lo harán con recursos genuinos de la EBY, de unos US$ 600 millones.
De esta contradicción, agregó, se infieren dos cosas: que el director paraguayo miente, o que no tiene conocimiento de los recursos que tiene la EBY”.
Comentó que el pequeño beneficio que obtendría nuestro país con la nueva usina en el brazo Aña Cua se reduce solo a la contratación de mano de obra local, y que a pesar de que la misma quedaría totalmente en territorio paraguayo, de su producción el Paraguay no usará siquiera un pequeño porcentaje, teniendo en cuenta que ni la existente ahora logra usar como se debe. Una vez más Argentina será la beneficiada, advirtió.
El tratado no establece la construcción de esta nueva central, sí establece la instalación de otras diez turbinas en la actual represa, así como el dique compensador, que puede ser maquinizado con mayores posibilidades de rendimiento, explicó Del Puerto.