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Según analistas internacionales, las impresoras 3D pronto serán tan esenciales en nuestras vidas como las computadoras o los teléfonos inteligentes. Añaden que las mismas producirán una nueva revolución industrial y cambiarán la economía del mundo, porque pueden producir casi cualquier objeto.
Ayer, en el evento Marketing Trends, se presentó 3D Printing, una división de J. Fleischman, que es hasta ahora la única empresa que representa y distribuye las impresoras 3D System, de Estados Unidos.
Sebastián Benítez Del Puerto, de desarrollo de negocios de 3D Printing, contó que los precios de las impresoras domésticas y profesionales varían entre US$ 2.500 y US$ 1.000.000.
“Se pueden imprimir en 3D objetos que ya no existen, hacer prototipados rápidos, desde moldes para galletitas, aros, floreros, pulseras, juguetes, repuestos, portarretratos, un sinfín de cosas”.
Con las profesionales, se pueden realizar prototipados rápidos sin necesidad de un matricero y sin tener que gastar mucho. “Es ideal para los arquitectos e ingenieros, que antes presentaban sus proyectos de casas y edificios en vídeos, imágenes, ahora ya lo pueden presentar en 3D a full color (a escala), para recorrer las habitaciones”, comentó.
Las impresoras más caras son las que pueden hacer engranajes de metal y piezas muy grandes, que sirven para industrias. También se puede imprimir en fibra de carbono, grafeno, plástico ABS y plástico PLA, este último es biodegradable, etc.
“Con este tipo de impresoras se reconstruyeron cráneos, se hicieron corazones, pulmones, tráqueas, la medicina está utilizando estas máquinas para salvar vidas. Pero también ayudan para ahorrar tiempo y dinero a las fábricas de aviones, trenes, automóviles”, resaltó.
3D Printing está negociando alianzas con empresas que tercerizarían el servicio de la impresión, de manera que la gente imprima sus prototipos para cuestiones puntuales, sin la necesidad de tener en su casa una impresora 3D.