Cargando...
El cierre de la tabacalera, cuya planta está en el Km. 18,5 de Capiatá, generó, a instancias de su propietario ‘‘Bilo’’ Bo, una fuerte campaña empresarial a través del diario ‘‘Noticias’’, también de su propiedad. Todas las críticas fueron dirigidas al gobierno que encabeza Luis González Macchi, a quien acusó de ser el principal responsable de la proliferación de empresas que falsifican y comercializan cigarrillos, evitando tributar al fisco y causando la quiebra de aquellas firmas que cumplen con sus obligaciones fiscales.
ARGUMENTOS ESGRIMIDOS
Entre los argumentos utilizados por Eduardo Nicolás Bo para justificar el cierre de la centenaria empresa de tabaco está que ‘‘no podemos competir con los corruptos disfrazados de empresarios que se dedican a la triangulación, contrabando y falsificación de marcas de cigarrillos. No podemos competir con quienes montaron empresas fantasma para cubrir actividades delictivas como el narcotráfico y el lavado de dinero’’. La extensa y fuerte argumentación de Bo no acerca sin embargo el nombre de algunos de los que supuestamente estarían metidos en los delitos que él denuncia.
El despliegue que hizo el dueño de la tabacalera y del mencionado periódico motivó inclusive que la FEPRINCO y la UIP se ocuparan del tema, señalando que el Gobierno es el culpable del cierre de La Vencedora por no combatir la ilegalidad reinante en el sector tabacalero.
El cierre de la empresa acarreó obviamente el despido y la liquidación de todo el plantel de empleados y obreros. Este trámite legal tampoco se pudo cumplir con normalidad, porque Bo denunció a un grupo de sindicalistas que pretendió extorsionar a la firma, exigiendo indemnizaciones que no correspondían. Todos los denunciados fueron a parar a prisión.
Hasta aquí el proceso normal del cierre de una fábrica, cuyo propietario alegó la competencia desleal de tabacaleras mau; sin embargo, el 23 de octubre pasado -seis días antes del cierre- transfirió a través del Ministerio de Industria y Comercio todas sus marcas a la British American Tobacco en la suma de 8 millones de dólares.
ARGUMENTOS ESGRIMIDOS
Entre los argumentos utilizados por Eduardo Nicolás Bo para justificar el cierre de la centenaria empresa de tabaco está que ‘‘no podemos competir con los corruptos disfrazados de empresarios que se dedican a la triangulación, contrabando y falsificación de marcas de cigarrillos. No podemos competir con quienes montaron empresas fantasma para cubrir actividades delictivas como el narcotráfico y el lavado de dinero’’. La extensa y fuerte argumentación de Bo no acerca sin embargo el nombre de algunos de los que supuestamente estarían metidos en los delitos que él denuncia.
El despliegue que hizo el dueño de la tabacalera y del mencionado periódico motivó inclusive que la FEPRINCO y la UIP se ocuparan del tema, señalando que el Gobierno es el culpable del cierre de La Vencedora por no combatir la ilegalidad reinante en el sector tabacalero.
El cierre de la empresa acarreó obviamente el despido y la liquidación de todo el plantel de empleados y obreros. Este trámite legal tampoco se pudo cumplir con normalidad, porque Bo denunció a un grupo de sindicalistas que pretendió extorsionar a la firma, exigiendo indemnizaciones que no correspondían. Todos los denunciados fueron a parar a prisión.
Hasta aquí el proceso normal del cierre de una fábrica, cuyo propietario alegó la competencia desleal de tabacaleras mau; sin embargo, el 23 de octubre pasado -seis días antes del cierre- transfirió a través del Ministerio de Industria y Comercio todas sus marcas a la British American Tobacco en la suma de 8 millones de dólares.