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Según el BCP, la inflación de enero fue del 0,8%, un mes que sorprendió a los consumidores con subas en los combustibles, pasajes, servicios y alimentos desde los primeros días del año. A más de uno sorprendió este resultado, ya que incluso el Banco Central estrenó un nuevo Índice de Precios (IPC), que por los resultados, no se aleja mucho del anterior. Por el momento, sigue siendo la única institución en el país que realiza esta medición de los precios de la canasta en forma regular.
Consultado sobre el tema, el analista Amílcar Ferreira indicó que el resultado de enero sorprendió un poco, debido a todas las subas que se dieron en el mes. No obstante, añadió que el impacto de los combustibles a los demás productos de la canasta, por lo general tarda unos 60 días para completar el traslado a precios. “El combustible es transversal a todos los precios del índice ya que afecta a todos los productos de la economía”.
Explicó que normalmente los actores suelen trasladar estas subas a los productos, aunque algunos terminan absorbiendo para no perder competitividad. Esto podría explicar por qué no es tan fuerte ahora el efecto derrame en otros rubros de la canasta, indicó.
De acuerdo con los datos del BCP, combustibles como gasoil y naftas sufrieron esta vez las mayores variaciones de precios en enero, con más del 6% de aumento, y una participación del 42% en el resultado inflacionario del referido mes. Como efecto directo de la suba del gasoil se tuvo el impacto en el precio del pasaje del transporte público de pasajeros, que a su vez registró una participación del 9% en el resultado del mes. En cuanto a las naftas, que se incrementaron a fin de mes, su impacto se tendrá mayormente en este febrero.
Juez y parte
Según el analista, para que la gestión del control de la inflación sea más creíble, se hace cada vez más urgente contar con institutos paralelos que puedan medir los precios paralelamente al BCP. Además, no debería el BCP ser el encargado de la medición de los precios y a la vez ser el que controle la inflación. Esta metodología debe migrar a otros más actualizados, que generen más confianza de los agentes, sugirió.
Agregó que esta institución que mida lo precios, bien podría ser la Dirección de Estadísticas y Censos, para que el BCP sea independiente en su función de controlar la inflación.