La Seam no se define sobre cacería de palomas

Los productores de sorgo y maní, así como los operadores turísticos, se sienten perjudicados por la indefinición de la Secretaría del Ambiente (Seam) con respecto a la cacería de palomas. Estas aves son consideradas plagas para los cultivos, no solo en Paraguay, sino en Bolivia, Argentina, Uruguay y otros. Los demás países ya están en pleno proceso de cacería para proteger los cultivos, mientras en nuestro país sigue la indefinición.

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Erik von Sneidern es un experto internacional en cacerías de palomas. Hace siete años que participa de la cacería de palomas en el Chaco. Como industrial colombiano, vio que los turistas amantes de la cacería de palomas no contaban con mucha infraestructura en el Chaco, por lo que decidió construir un complejo hotelero tipo cinco estrellas en Campo Vía, frontera entre los departamentos de Boquerón y Presidente Hayes.

El hotel, denominado "Picazuro Palomas Paraguay", ya demanda una inversión de más de 200.000 dólares (unos 1.300 millones de guaraníes).

"Estoy asustado; me metí a invertir, pero las indefiniciones de la Seam no solo me perjudican, sino también al personal y a mucha gente que depende de esta actividad de atender a los turistas, incluso como guías", indicó el empresario, quien visitó ayer nuestra redacción para manifestar su preocupación.

El entrevistado sostuvo que la cacería de palomas es una actividad lícita en todo el mundo, incluso en países más conservadores como Gran Bretaña, España (Isla de Ibiza) y Cuba, entre otros. Agregó que en los Estados Unidos hay más de 20 millones de turistas cazadores de palomas, y que esta actividad ingresó a la Argentina, el año pasado, más de 50 millones de dólares, con más de 5.000 turistas cazadores. En Paraguay, el año pasado ingresaron unos 500 turistas cazadores.

"La cacería se permite para evitar que los agricultores utilicen productos agrotóxicos para eliminar las palomas, con el agravante de que los productos contaminados lleguen a los humanos con consecuencias letales. En Bolivia se tiene un decreto por 10 años autorizando la cacería en períodos de marzo a julio. Creo que eso mismo se puede implementar en Paraguay", dijo Erik von Sneidern.

Agregó que la falta de definición por parte de la Seam crea todo un problema para los operadores turísticos, lo que obliga a los cazadores a visitar países vecinos donde se permite la cacería.

"Los turistas planifican con mucho tiempo un viaje, pero en Paraguay, como todos los años, la autorización de la cacería se da unos días antes del inicio de la temporada. La experiencia de países vecinos hace la diferencia, donde, por un lado, se protegen los cultivos de sorgo y maní y, por el otro, los turistas dejan divisas importantes para todos", manifestó el entrevistado.

Mientras en la Seam se debate el tema, tanto operadores turísticos como agricultores están en la espera de una pronta definición sobre el tema.
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