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Neil Harbisson, el primer cyborg (unión de elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos) de la historia, solo podía percibir los colores en escala de grises, lo que lo llevó a desarrollar un sistema que le permite escuchar colores. “No quería llevar la tecnología, quería convertirme en tecnología”, dijo ayer en su exposición en Future Trends, evento organizado por PTF.
En España le realizaron la cirugía transespecie para insertarle una antena dentro del cráneo, que detecta la vibración del color y a la vez envía la información al cerebro. También le permite ver y percibir los infrarrojos y ultravioletas así como recibir imágenes, videos, música o llamadas telefónicas directamente a su cabeza desde aparatos externos como móviles o satélites.
Desde la Fundación Cyborg, que él creó, impulsa el uso de la tecnología como parte del cuerpo, que tiene como principios defender el derecho a diseñarnos a nosotros mismos y ayudar a quienes quieran crear sus órganos y sentidos. “No creamos inteligencia artificial, sino inteligencia sensorial, ya que cuando te unes, la inteligencia es creada por tu cerebro en colaboración con la tecnología”, afirmó.
Por otra parte, Aden Díaz, fundador de Life SI, empresa dedicada al desarrollo de tecnologías de punta para aplicaciones biomédicas, habló de un futuro muy cercano en el que será habitual “imprimir” medicamentos que tendrán las drogas precisas para cada tratamiento individual en la dosis justa y poseerán la forma adecuada para adaptarse al organismo. Dijo que el siguiente paso es la masividad, la adopción y las discusiones éticas sobre estos temas.
Y a tres meses de iniciar su operación en Paraguay, Mariano Otero, gerente de Uber para el Cono Sur, contó lo que la compañía ofrece como solución de movilidad, como las bicicletas eléctricas compartidas, el Uberpool, y lo que se viene para el mundo, como los taxis aéreos, entre otras novedades.