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El debate fue organizado exclusivamente para abordar el proyecto de reconstrucción del tramo de la Ruta IX (Transchaco) “Mariscal Estigarribia-La Patria”.
Entre las causas del fracaso, que piden al Ministerio de Obras Públicas no repetir, mencionaron la falta de adherencia del tratamiento bituminoso doble apoyado sobre una base de suelo cemento (efecto alfombra), y que ese diseño había sido adoptado sobre la base en que, según el conteo de tránsito, el tráfico sobre esos tramos no superaba 230 vehículos por día, con un 40% de camiones.
Basado en este conteo y teniendo en cuenta la escasez de piedras en la zona chaqueña y que el precio del traslado de áridos desde Bolivia (de una cantera ubicada a 50 km de la frontera) o de Villa Hayes tiene alta incidencia en los costos, el MOPC consideró que no se justificaba el empleo de trituradas para la construcción de bases y subbase estabilizadas (que habría eliminado el problema de la adherencia), además para la construcción de base negra y carpeta asfáltica, por lo que la solución adoptada para la construcción del paquete estructural (base y subbase) se apoyó en el empleo de materiales preferentemente del lugar, lo que obligó a la ejecución de suelo cemento, obteniéndose así una baja resistencia del conjunto.
Corredor bioceánico
Sin embargo, la Ruta Transchaco, como parte del corredor bioceánico, es reclamado por los estados brasileños de Acre, Mato Grosso, Mato Grosso do Sul y Rondonia, limítrofes con Paraguay, para dar salida a parte de la producción de más de 5.700.000 toneladas de soja por puertos del Pacífico, con destino a los países de la cuenca Asia-Pacífico, lo que podría representar un tránsito de más de 210.000 camiones de carga por campaña sojera, por lo que podría resultar “prioritaria e inevitable” la ejecución de bases y subbases estabilizadas con trituradas.
Empleo de piedras y durabilidad
Si bien los áridos hubiesen elevado el costo de la ruta, en la misma medida, se habría conseguido incrementar enormemente la resistencia y la durabilidad de la carretera. Sin embargo, las soluciones propuestas, tanto por la empresa adjudicataria como por la fiscalización, no pasan precisamente por la incorporación suficiente de áridos, sino en cómo mitigar los efectos del suelo cemento para evitar que las inevitables fisuras se reflejen en la capa de rodadura; es decir, otro fracaso.
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