La población no tiene garantías sobre la calidad del gasoíl que trae Petropar

En este momento no hay ningún control independiente de Petropar que pueda garantizar la calidad del gasoíl que importa y distribuye. La petrolera, en forma reiterada, ingresó al país combustible cancerígeno. El hecho fue plenamente confirmado en un reciente informe elaborado por la Auditoría del Poder Ejecutivo, que además confirma la inquietante indefensión de la salud de los paraguayos.

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La propia Auditoría General del Poder Ejecutivo (AGPE), dirigida por el liberal Octavio Augusto Airaldi, dictaminó en su reciente informe, concluido el pasado 13 de febrero pasado, que Petropar importó gasoíl común con alto contenido de azufre, violando las normas vigentes. La auditoría se realizó a la petrolera estatal en el ejercicio fiscal 2011 y en el periodo comprendido entre el 1 de enero al 31 de julio de 2012.

El examen revela que la petrolera estatal admitió, en varias ocasiones en abril de 2012, partidas de diesel de hasta 6.700 partículas de azufre por millón (ppm), así como de 6.120 ppm, cuando las especificaciones técnicas de ese producto para su importación, según la Res. N° 900/2011, establecen un máximo de 2500 ppm, para el diesel común.

Lo que no aparece en esa auditoría es que también en junio, mes en que ya asumió la presidencia de la República Federico Franco, el titular de Petropar, Sergio Escobar, siguió autorizando el ingreso –en reiteradas ocasiones– del gasoíl común fuera de especificación (documento que obra en la estatal).

Así, el 13 de junio de 2012 ingresaron dos barcazas cuyas denominaciones pueden apreciarse en la foto, con cargas de gasoíl fuera de especificación con 2730 ppm, cuando la ley habla de 2500 ppm.

Al día siguiente, Escobar volvió a aceptar el producto fuera de especificación, en detrimento de la salud de la población y de los intereses económicos del país, un gasoíl con 2760 ppm; y el 15 de junio, dos cargas con 2750 y 2730 ppm, respectivamente.

La larga lista de irregularidades sigue con las cargas recibidas el 16 de junio en la planta de Petropar, con partidas de 2760 ppm, mientras que el 18 de junio entraron cuatro cargas con 2760, 2770, 2720 y 2760. El 19 de junio ingresaron tres cargas con 2820, 2730 y 2770 ppm. El día 20 de junio Escobar ordenó que se aceptara gasoíl fuera de rango de 2770 y 2820 ppm, mientras que el día 29 de junio, ya en la era Franco, ingresaron dos cargas de 2730 ppm, al igual que el día 30 de junio, cuando arribaron también dos cargas de 2750 y 2700 ppm.

Mitómano

Con el sucesivo ingreso de gasoíl fuera de rango, violando las normas vigentes, se echa por tierra las sucesivas mentiras –que hasta parecerían patológicas– por parte de Escobar, quien sistemáticamente miente sobre el gasoíl basura que introduce la estatal en nuestro mercado. Escobar primero negó para luego admitir que trajeron diesel de hasta 6.700 ppm.

Luego ensayó un nuevo discurso, que supuestamente aceptaron el producto altamente contaminante, pero que lo mezclaron con otro combustible de mejor calidad.

Sin embargo, el delito se perpetra con la sola importación del producto fuera de especificación, ya que la legislación vigente en lugar refiere a la mezcla.

La resolución del Ministerio de Industria y Comercio es clara al respecto, ya que exige que para la importación del combustible se debe cumplir con los estándares fijados; pero la complicidad abierta de dicha cartera de Estado a favor de Escobar, tanto en la era de su correligionario Francisco Rivas Almada, como la del actual Diego Zavala, igualmente decepcionante, se vislumbran muy pocas esperanzas a favor de la población, a la que se deben los funcionarios públicos.

Sin garantías

Como si todo fuera poco, el viernes último, el Instituto Nacional de Tecnología, Normalización y Metrología (INTN) suspendió la prestación del servicio de certificación de la calidad de los combustibles importados por Petropar debido a la falta de pagos del ente petrolero.

Así las cosas, la población se encuentra totalmente sin garantías, ya que el único laboratorio que realiza actualmente ese análisis es el de la petrolera estatal, que en este caso se convertiría en “juez y parte”, al estar al mando del inescrupuloso y corrupto de Sergio Escobar.

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