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Datos que figuran en el portal del Ministerio de Hacienda revelan que la ejecución presupuestaria acumulada de la ANDE hasta el mayo último fue de 24,59% de un total de 1.260 millones de dólares aproximadamente que tiene asignado el ente estatal.
De este monto total, unos 460 millones de dólares, es decir, el 36% corresponden al importe presupuestado para la compra de energía de las entidades binacionales.
En el cuadro se observa que los rubros de mayor ejecución en la ANDE son: servicio de la deuda pública, 41,87%; bienes de cambio que corresponde a la compra de energía, 31,89% y servicios personales, es decir, pago de salarios a funcionarios, un 34,70%.
Sin embargo, en el rubro 500, correspondiente a las inversiones físicas y obras de infraestructura eléctrica, hay una caída estrepitosa en la ejecución que alcanza apenas 11,94% en los primeros cinco meses de este año.
Esto es preocupante, sobre todo si se tiene en cuenta que las propias autoridades de la estatal reconocen que hay déficit en este campo y que siempre se habla de fortalecer el sistema eléctrico, principalmente en el área de distribución. Precisamente en este segmento es donde menos se invierte históricamente, según los datos.
La baja ejecución presupuestaria en el rubro de inversiones de la ANDE no es novedad, teniendo en cuenta que los montos disponibles en el presupuesto para inversiones fueron disminuyendo desde el 2014 hasta el 2016 (de 651 millones de dólares a 410 millones de dólares en el 2017). Según fuentes que consultamos, esto se debe a la baja ejecución presupuestaria y obedece a una estrategia para tratar de mostrar mejores indicadores de gestión.
Otro aspecto que resalta de los números proveídos por Hacienda es que más del 70% de los importes utilizados para mejorar la infraestructura eléctrica se destina al área de transmisión y solamente el sobrante se destina al área de distribución, donde se encuentra el punto critico que origina los cortes de energía reiterados en cada verano.
Técnicos del sector que fueron consultados coinciden que de nada servirán para el próximo verano las pomposas inauguraciones de subestaciones eléctricas nuevas o la ampliación de las existentes que se han sucedido en los últimos días si estas obras no vienen acompañadas de una fuerte inversión en el segmento de distribución para mejorar las condiciones de calidad y confiabilidad del suministro a los consumidores.
“Falta de visión”
El Ing. Víctor Romero, presidente de la ANDE, admitía recientemente que la empresa estatal dejó de invertir en obras de infraestructura por “falta de visión” de sus autoridades y responsabilizó de eso a las administraciones anteriores, pese a que él mismo ocupó varias gerencias desde el 2003. Sin embargo, el problema no es la falta de recursos, sino la gestión ineficiente, según se observa en el presupuesto y la baja ejecución en las obras de infraestructura.