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El informe denominado cuentas nacionales, difundido ayer y que corresponde al primer trimestre, explica que el crecimiento del 6,6% obedece, desde el enfoque de la oferta, a que las actividades económicas con mayor incidencia fueron el comercio, ciertas ramas de los servicios, la industria manufacturera y la construcción.
En este contexto, la agricultura presentó una expansión del 3,7% con respecto al primer trimestre del año pasado; la actividad ganadera, forestal y pesca 4,6%; mientras que el sector industrial manufacturero 16,9%.
A su vez, el sector de la construcción creció 22,7%, servicios 7%, pero la electricidad y agua registra una caída de 0,7%, comparando con igual periodo del 2016.
El informe añade que desde la perspectiva del gasto, los componentes con mayor incidencia fueron la formación bruta de capital fijo y el consumo de los hogares.
Al respecto, se puntualiza que el consumo total aumentó 2,7%; la formación bruta de capital 26,4%; las exportaciones de bienes y servicios 8,2% y las importaciones 9,8%.
Miguel Mora, economista jefe del BCP, explicó que el fuerte incremento en la construcción está ligado a las obras privadas y públicas, pero adelanta que el factor climático registrado en mayo y en este mes va a disminuir este ritmo, aunque no cree que sea un freno como sucedió en 2015. Además, el sector agrícola se ve afectado en la actual zafriña, en donde se registra una pérdida del 50%, y en la ganadería, pero que tampoco afectaría en el nivel final previsto de 4,2%. En este contexto, dijo que en julio se revisará para determinar el impacto.
El BCP inicialmente estimó un crecimiento de 3,7%, luego en la primera revisión a fines de abril elevó a 4,2% y estaba previsto que en la próxima revisión de julio iría a 4,5%, lo que por ahora no se dará.
Con relación a que el crecimiento del PIB no permea en la población, Mora afirmó lo contrario, que sí se traslada y que esto se puede notar en los números que revelan un aumento del consumo en casi el doble.