La comunidad aché de Ypetimí pide maquinarias para cultivar su tierra

La comunidad aché de Ypetimí, Caazapá, está ubicada en una de las zonas más productivas del país, donde el único idioma es la agricultura mecanizada. Estas 100 familias han logrado un convenio con colonos brasiguayos, a quienes arriendan sus campos y perciben un porcentaje de las ganancias; sin embargo, ahora desean ellos mismos producir en sus tierras en forma mecanizada, con ayuda del Gobierno.

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Ubicada a unos 280 kilómetros de la ciudad de Asunción, la comunidad aché de Ypetimí es considerada como una de las más organizadas del país. Estos pobladores del departamento de Caazapá poseen 1.600 hectáreas de terreno, de las cuales 900 están destinadas a reserva forestal, en 100 hectáreas está asentada la comunidad y 600 hectáreas son arrendadas por los colonos brasileños para la producción agrícola.

Sistema de trabajo

Ceferino Kreigi es el director de la escuela local y uno de los hombres más respetados entre los aché. El mismo nos explicó el sistema de trabajo que tienen con los productores brasileños y paraguayos descendientes de brasileños: “Tenemos que aclarar que nosotros no alquilamos nuestras tierras, como dicen muchos; lo que hacemos es dejarles a estas personas que produzcan en nuestro campo y a fin de año nos reunimos y nos entregan un tanto por ciento establecido de sus ganancias, las que deben ser destinadas para la comunidad aché”, explicó. Este sistema de trabajo con los colonos “brasiguayos” demuestra la organización que han logrado los aché, lo cual les sirve para vivir dignamente y principalmente no ver a sus congéneres mendigando por las calles, como lo hacen otros.

Dar el siguiente paso

Rodeados por cultivos mecanizados hechos por los colonos, los nativos aché se sienten capaces de dar el siguiente paso. “Le decimos al Gobierno que impulse el uso de maquinarias en nuestra comunidad; no podemos seguir como hace 50 años, trabajando con machetes y azadas”, aducen.

“Sabemos que no es fácil, ya que hay comunidades indígenas que no se desarrollan, y al final terminan mendigando en las calles, pero nosotros estamos organizados y sabemos lo que queremos”, expresó el docente.

Seguir el ejemplo de Puerto Barra

Kreigi también destacó que el principal ejemplo de desarrollo es el de sus hermanos, los aché del Sur (Puerto Barra, Naranjal, Alto Paraná), que ya se han convertido en productores sojeros gracias a su esfuerzo y el apoyo de entidades públicas y privadas, y señaló que desean seguir ese mismo camino, que es el poder producir en sus tierras y lograr ganancias para mejorar la vida de su pueblo.

Tienen prohibido hacer préstamos

“Lastimosamente, por culpa de la Ley N° 904 de la nación, nosotros como indígenas no podemos acceder a un préstamo, ni tampoco podemos tener un financiamiento para comprar maquinarias como hacen los colonos que vienen a nuestro país. Por tanto, lo que pedimos al Gobierno es que nos ayude con la provisión de maquinarias para cultivar y desarrollarnos en nuestros campos. Tenemos gente capacitada para eso”, señaló.

Organizados

“Actualmente, el departamento de Caazapá es la única zona del país en donde nos hemos organizado y contamos con un grupo interétnico en el país, donde estamos los aché y los mbya, y nuestro objetivo principal es trabajar en la producción agrícola mecanizada, en forma sostenible, sustentable y cambiar la imagen que muchos tienen de que los indígenas no quieren trabajar, lo cual nos duele mucho”, agregó el docente.

Plantas medicinales

Uno de los rubros agrícolas en los que están incursionando actualmente los aché de Ypetimí es en la producción de plantas medicinales, específicamente en el cultivo de eneldo y azafrán, con la ayuda de técnicos del proyecto Acción contra el hambre y de la Dirección de Extensión Agraria, además del apoyo de una misión evangélica que trabaja hace varios años con los nativos en nuestro país.

vflorentin@abc.com.py

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