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“Desde que salimos de Ñacunday ya no deberíamos vivir bajo carpas y no íbamos a tomar agua de arroyo. Nuestras familias deberían recibir educación de calidad, y nuestra vida sería próspera y mejor, pero todo es una gran mentira”, se quejó Carlos Espínola, quien hoy cumple 17 días de estar encadenado a una camioneta del Indert, frente al colegio Santa Lucía.
“Fuimos engañados, nos quisieron hacer pasar por tontos el presidente Horacio Cartes y el cobarde de Justo Cárdenas (titular del Indert). Ambos prometieron todo lo necesario para que seamos una comunidad modelo, pero eso quedó en el olvido”, indicó. Pero no solo don Carlos está realizando esta medida de fuerza, sino también alumnos del colegio Santa Lucía. Un grupo de jóvenes se encadenó a la sede del Indert de Ciudad del Este para exigir respuestas al Gobierno.
El director del mencionado colegio, Robert Ramírez, habló con ABC y pidió apoyo al Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), ya que hace dos semanas que ningún alumno va a la institución por los conflictos de tierra.
“Los padres ya no les mandan a sus hijos a dar clases y eso nos preocupa. Los del nivel medio decidieron por cuenta propia sumarse a la medida de fuerza en apoyo a sus familias pero están perdiendo sus actividades educativas”, resaltó.
Comentó que es fundamental que el MEC también brinde una mano en el tema, ya que son 600 los alumnos que están siendo perjudicados en este caso.