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Sus técnicos explican que en el lapso de 10 años, las operaciones y transacciones económicas del país crecieron significativamente, lo que obligó al Banco Central a acompañar ese ritmo de crecimiento con la emisión de más billetes y monedas.
Al cierre del 2012, los billetes de alta denominación, como los de G. 50.000 y G. 100.000, eran los de mayor rotación y participación en el mercado. De toda la estructura monetaria, los billetes de G. 100.000 y G. 50.000 tenían una participación del 42% sobre el total de billetes en circulación. En tanto que los billetes de G. 20.000, G. 10.000 y G. 5.000, considerados de denominación media, tuvieron una participación total del 27%. Finalmente, los billetes de G. 2.000 tenían una participación del 31% sobre el total de billetes en circulación al cierre del año 2012.
Contrariamente a la estructura actual, en el 2002 los billetes de baja denominación tuvieron la mayor participación, ya que el 44% del total en circulación eran de G. 1.000, (hoy en proceso de desmonetización o pérdida de valor), el 29% eran billetes de denominación media y el 25% billetes de denominación alta.