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Varios vecinos salieron a protestar cuando los técnicos desconectaron los cables de las conexiones clandestinas. Muchos dijeron que abonaron por ellas a un electricista que les dijo que era de la ANDE. Encabezó la intervención el jefe regional de la ANDE, Juan Rozzano; la asesora jurídica, Mirta González; el jefe de la sección Pérdidas, Sergio Báez; y el jefe de Distribución de esta ciudad, Ildefonso Ortiz Chaparro. Acompañaron agentes de la Comisaría 4°, jurisdiccional.
Rozzano explicó que durante un relevamiento de datos, la ANDE encontró que en la zona hay 207 casas con energía eléctrica, siete de las cuales tienen medidor legal y los restante 200 reciben energía eléctrica de la entidad de manera clandestina. Incluso alimentan una cancha deportiva con este método.
Añadió que días atrás se quemó un transformador debido al exceso de usuarios y que la institución aún no lo cambió pero garantiza el servicio a los siete clientes legales.
Ayer, una cuadrilla de la a estatal desconectó los cables principales que alimentaban a la red clandestina, hecho que provocó que varios vecinos salieron a las calles a reclamar.
Sandra Dávalos, que tiene medidor y paga con regularidad, protestó porque a ella también le dejaron sin energía. Derlis Machuca se quejó porque hace ocho meses pagó por la instalación de un medidor a un tal Máximo Rojas, quien se presentó como funcionario de la ANDE, pero que no le instalaron el aparato. Otros vecinos contaron que Rojas fue quien les instaló el cable principal de su red irregular y que por ello les cobró a cada uno de ellos, razón por la cual pensaron que todo era legal.