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El presidente de Petropar, Rómulo Alfredo Campos Krauer, protegido del ministro de Industria y Comercio, Gustavo Leite, no solo se autoaumentó su salario y se autopremió en diciembre último, sino que fue tan generoso con el dinero público que lo distribuyó discrecionalmente a su entorno y el resto del personal (casi mil).
Uno de los casos más llamativos es el de la funcionaria Cecilia María Isabella Benzo Benítez, una joven que tuvo un meteórico ascenso, ya que de auxiliar ascendió al cargo de secretaria general, para una entidad que maneja un presupuesto de casi seis billones de guaraníes (exactamente G. 5.892.404.449.526), cuatro veces más que el de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), por citar una entidad como referencia.
Benzo Benítez rápidamente fue nombrada y su sueldo trepó de G. 3.879.381 a G. 17.054.734. Llama la atención, que para un cargo tan delicado, en un ente donde se manejan tantos millones de dólares, en compras internas como del exterior, se disponga en el cargo a una persona sin la más mínima experiencia.
Quien también percibió un suculento aumento en esta administración es la excandidata a concejal colorada en Lambaré y jefa de marketing institucional, Paola Gaete, cuyo “ajuste” de sueldo fue de casi 100 por ciento, ya que su sueldo trepó de G. 5.357.745 a G. 10.186.246.
Excompañeros en la Shell del titular de Petropar igualmente tuvieron importantes subas salariales, como Daniel Rossi, su asesor, que de G. 15.000.000 pasó a G. 18.000.000, la gerente general Catherine Vargas se benefició con un autoaumento desde G. 20.208.163 a G. 25.838.759, así como el otro amigo a quien se le nombró en la petrolera estatal, Víctor González, gerente de planta de Villa Elisa, cuyo salario subió de G. 15.000.000 a G. 22.574.872.
Gabriela Miltos, una cuestionada funcionaria de la administración de Fleming Raúl Duarte –antecesor en el cargo a Campos Krauer ya durante el gobierno de Cartes– y quien fue una de las responsables de la manipulación en el simulacro de “concurso de méritos” para contratación de personal en Petropar, en donde los “evaluadores” fueron varios seccionaleros, fue reacomodada y le inventaron el cargo de “jefa unidad de búnker”. Su salario trepó de G. 11.298.173 a G. 14.266.795. Otros del primer anillo beneficiados son el director jurídico Sebastián Irún, Vanessa Iribas, ambos con casi G. 5 millones más, y René Ruiz, asesor de Campos Krauer, con un ingreso que llega ahora a G. 18 millones.
Con los sindicalistas también se repartió la plata de los paraguayos, como en el caso de Alberto Cañete, Natalicio González y Gustavo Arámbulo, con “ajustes” de G. 1.931.139, G. 3.672.576, y G. 1.857.041, respectivamente, entre muchos otros.