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Alcides Ramón Brizuela Pereira, administrador que el director de Aduanas, Nelson Valiente, ubicó en Caacupemí en reemplazo de Luis Tadeo López, luego del escándalo de la amiga “aduanera”, había sido acusado en su momento por estafa en la rendición de viáticos de su comisionamiento en un proyecto anticorrupción que estuvo financiado por el Gobierno de Estados Unidos.
López dejó la administración de Caacupemí cuestionado por hacer pasar como funcionaria a zona restringida a Leonor Vysokolan, cuando en realidad la mujer no lo es. En su lugar ahora está otro cuestionado hombre de confianza de Valiente, quien tuvo que acudir a la figura de la suspensión condicional de procedimiento para evitar la prisión, por haber presentado facturas falsas de gastos de viáticos en el programa Umbral, financiado por el Gobierno norteamericano.
El hecho ocurrió en el 2007 y estuvieron involucrados 37 agentes del Departamento Técnico Aduanero de Vigilancia Especial (Detave). En el 2008 presentó la suspensión condicional del procedimiento para reparar el daño y devolvió el dinero.
“La mayoría de lo que estuvimos en eso fuimos objeto de buena fe, nosotros nunca tuvimos mala fe. A nosotros se nos dio la factura falsa, rendimos esa factura pero no sabíamos, sinceramente, que la factura era falsa”, alegó el nuevo administrador de Caacupemí.
“Ya fue todo subsanado, tengo mis antecedentes todo limpios, era un monto más o menos de G. 1,2 millones lo que yo cobré. Hemos devuelto íntegramente el dinero”, refirió Brizuela.
Al ser consultado sobre si por qué, si son inocentes, no denunciaron a los que proveyeron las facturas falsas, alegó: “La verdad que no sé por qué. Todos teníamos un grupo de abogados y ellos lo que hacían ese trabajo en aquel tiempo”.
Valiente, por su parte, mintió sobre los antecedentes policiales y judiciales, haciendo aparecer a Brizuela como limpio de culpa y pena. El director dijo que “ese fue un caso viejo ya finiquitado, de hace como 10 años atrás”.
Entre los cuestionados jefes que trasladó Valiente también está el sindicalista Gustavo Kirmser, subjefe en el aeropuerto Silvio Pettirossi, que encubrió la estadía de su amiga Leonor en zona primaria. El mismo es delegado convencional por la seccional 3, fanático operador de la reelección. De hecho este gobierno fue el que lo promocionó, ya que antes era vista y con el “nuevo rumbo” consiguió el cargo de subadministrador.
Kirmser arrastra una serie de sospechosas gestiones. Cuando estuvo como subadministrador en Caacupemí, por ese lugar ingresaron la mayor cantidad de vehículos robados en España. El privilegiado sindicalista también estuvo en el grupo que hizo ingresar efedrina como Vitamina C en el 2006. La sustancia es una droga prohibida, que según confirmó la directora de ese momento, Margarita Díaz de Vivar, fue ingresada por el grupo que estaba detrás del crimen de la exjefa de la terminal de contenedores del Km 12 (ex Algesa) Yolanda María Benítez, en el 2005.
El sindicalista tuvo un sumario y una causa penal que quedó en el olvido. En ese momento dijo: “No tenemos un laboratorio en el aeropuerto para saber si la sustancia ingresada es lo que aparece en el despacho”.
Sindicalistas a la defensiva
En una suerte de abrir el paraguas ante la serie de denuncias que pueden seguir apareciendo y que generan todo tipo de especulaciones, sindicalistas de Aduanas sugieren salir a defender a los que ya son centro de escándalos y apuntan a la unión de los tres gremios “para defender a los injustamente atacados”. Acusan de “amarillista” a nuestro diario y proponen a sus afiliados salir a “poner pecho” a la situación porque ya se toca la “dignidad familiar”.
rossana.escobar@abc.com.py