Jaeggli quiere cobrar con una finca falsa y un nombre que no existe

Alfredo Jaeggli (h) reclama US$ 4 millones al Estado: una finca falsa y un nombre que no existe sostienen un montaje fraudulento de documentos. La Procuraduría General presentó una acción de nulidad ante la justicia. Jaeggli (h) pide el pago por una tierra que no entregó.

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Ramón Méndez Ledesma es el nombre que sostiene toda la documentación que presentaron Alfredo Jaeggli (h), Aníbal Gavilán y Esteban Serrati Codas para ofrecer al MOPC, en el año 2008, la venta de 1.500 hectáreas de tierra en Itakyry, Alto Paraná.

El MOPC y las personas nombradas firmaron el 12 de agosto de 2008 un contrato de compra-venta. El negocio se pactó en dos millones de dólares; hoy subió a cuatro por los intereses.

Alfredo Jaeggli (h), Aníbal Gavilán y Esteban Serrati Codas presentaron ante el MOPC los documentos de la finca 2108.

El origen de la finca 2108 es la finca 236 de Villa de San Pedro.

Esta propiedad fue vendida, supuestamente, por el Ministerio del Interior a Ramón Méndez Ledesma en el año 1931.

El título de propiedad original nunca apareció.

En el año 2002 se convirtió en finca 2108, por mandato judicial, a través de una mensura judicial donde tampoco se presentó el título de propiedad.

Ese año aparece de nuevo Ramón Méndez Ledesma y sin exhibir el título de propiedad vende la finca 2108, a través del apoderado Juan Carlos Yurt, a Albino Diarte (empleado de Alfredo Jaeggli, padre), Juana Gavilán (enfermera, esposa de Juan Carlos Yurt) y Gilda Bordón Roux (abogada de Alfredo Jaeggli).

En el año 2003, con un título que no cuenta con el sustento de uno anterior, se vende la finca 2108 a Alfredo Jaeggli (h), Aníbal Gavilán (hermano de Juana Gavilán y cuñado de Juan Carlos Yurt) y Esteban Serrati Codas (exmarido de Gilda Bordón Roux).

El seguimiento de los nombres permite comprobar que la documentación nunca salió de un mismo entorno familiar.

¿Y Ramón Méndez?

El equipo jurídico de la Procuraduría General de la República rastreó al supuesto ciudadano Ramón Méndez Ledesma y llegó a la conclusión de que nunca existió.

Francisco Barriocanal, procurador general de la República, explicó que “Ramón Méndez Ledesma es un nombre inventado para sostener la confección de documentos falsos”.

Mencionó que no existe cédula de identidad, pasaporte o baja de servicio militar a su nombre.

Agregó que “en el año 1931 debía ser mayor de edad, por eso compró a su nombre la finca 236. Sin embargo, su nombre no aparece en el listado de combatientes de la Guerra del Chaco ni siquiera en la reserva”.

Destacó que “Ramón Méndez reapareció 50 años después, el 19 de octubre de 1981, para otorgar ante el juzgado de paz de Salto del Guaira, un poder a Juan Carlos Yurt”

No termina allí: “El poder fue transcripto en Asunción el 23 de julio de 1999 ante el escribano Hugo Rubén Pucheta, 18 años después de la fecha de otorgamiento. En ese momento tenía por lo menos 90 años”.

Y en este punto volvió a insistir en que nunca tuvo cédula de identidad ni pasaporte ni baja militar ni constancia de conscripción vial.

Barriocanal mencionó otro punto llamativo: “En el asiento de inscripción de la finca 236, en el año 1931, Ramón Méndez figura como casado. En el año 1981, ante el juzgado de paz de Saltos del Guairá, aparece como soltero”.

¿Por qué era necesario convertirlo en soltero?

“Si era casado en el año 2002, cuando vendió la finca a Gilda Bordón Roux, Albino Diarte y Juan Gavilán, debía contar con el consentimiento de su esposa. Entonces, acomodan la escritura y lo hacen aparecer como soltero”.

No hay certificado de defunción

Ramón Méndez Ledesma no tiene acta de nacimiento ni de matrimonio.

Haciendo un seguimiento de su edad probable, promovió en el año 2002 una mensura judicial teniendo por lo menos 99 años.

Vendió la propiedad a la abogada Gilda Bordón Roux, Albino Diarte y Juan Gavilán con 117 años.

A pesar de esta “edad”, no existe un certificado de defunción con su nombre.

El documento que Alfredo Jaeggli (h) presenta ante los estrados judiciales, con patrocinio de la Abog. Gilda Bordón Roux, para reclamar al Estado el pago de cuatro millones de dólares, es total y absolutamente falso.

Sin duda alguna, la Abog. Gilda Bordón Roux debería conocer bien el esquema de montaje de estos papeles.

La tierra por la que pretenden cobrar no existe. Todo es un invento.

roque@abc.com.py

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