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La planta, calificada como “moderna” por los voceros de la binacional, fue instalada en 5ª División de Infantería.
La información oficial, muy escueta en lo atinente a sus perfiles técnicos, destaca que la planta “cuenta con 160 paneles solares”, “mejorará la vida de unas 2.900 personas radicadas en la zona y contribuirá con la seguridad energética de la unidad militar”.
Apuntan, asimismo, que la obra forma parte del proyecto de “seguridad energética en localidades aisladas del Chaco paraguayo”, una labor que corresponde al Gobierno paraguayo y no a una entidad binacional.
El material informativo del ente paraguayo-brasileño transcribe un párrafo del discurso de ocasión del actual director general paraguayo de Itaipú, José Alberto Alderete, quien señaló que la inauguración de ayer marcaron “un antes y un después en esta zona alejada de la República, el Chaco; antes tierras áridas; hoy, imperio del progreso”.
Llamó la atención que Alderete haya ignorado que durante la administración Lugo del país, el antes fue marcado por un experimento parecido, también en el campo de la energía solar, en el Chaco paraguayo.
Además, el actual director general paraguayo de Itaipú dijo: “Itaipú está invirtiendo en tecnología para que pueda cambiar el nivel de vida de las personas. Nuestro eslogan precisamente es Energía para la gente; por eso queremos llegar a los lugares donde hay carencia del servicio de energía eléctrica. Asimismo, el personal militar merece nuestra atención; por eso estamos inaugurando esta moderna planta de energía solar”.
Alderete pasa por alto el Art. III del Tratado de Itaipú, en el que se consagra la finalidad de la entidad binacional: “realizar el aprovechamiento hidroeléctrico de los recursos hidráulicos del río Paraná...”.
Tampoco debe olvidarse que con obras de esta naturaleza ningún gobierno conseguirá suministrar energía limpia, renovable, segura y barata a toda la gente, una meta que podrá concretarse solo con la libre disponibilidad de la energía paraguaya en Itaipú, que el año pasado Brasil aprovechó en un 68,7% a cambio de una “compensación por cesión de energía” que araña apenas los US$ 10/MWh sobre el costo de Itaipú.
Reiteremos que en la matriz energética nacional la electricidad ocupa solo el 15%; el resto es biomasa y petróleo.