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“Para Samek 2016 foi o melhor ano da usina e o maior ano em produção de energia. ‘Devemos encerrar o ano com 102,5 milhoes de mega watts/hora (1 GWh = 1.000 MWh). A Itaipu é remunerada para produzir apenas 75 milhões, ou seja, tudo que produz a mais vem de desconto para o setor elétrico brasileiro e paraguaio’”, señalaba el aún director general brasileño (DGB) de la entidad la última semana a los colegas de Curitiba, quienes estaban más interesados en el futuro electoral de Samek que en los resultados de la promocionada confrontación cuasideportiva entre Itaipú y la hidroeléctrica china Tres Gargantas.
Esta conclusión se basa en el título del material informativo que nos hicieron llegar desde la capital del Estado de Paraná: “‘Chance zero’, diz Samek sobre disputa em Foz do Iguaçu”.
El DGB de Itaipú se refería a su interés en las elecciones de intendente de la fronteriza urbe brasileña.
Incluso se dio el lujo de una categórica declaración sobre la materia: “Eu definitivamente não disputo mais nenhum cargo eletivo na minha vida”.
Volvamos al asunto que interesa al Paraguay, en particular a los protagonistas de su sector Energía. Según Samek, con el 73,2% de la generación de este año (energía garantizada) la entidad cubrirá –recordemos que el tratado no admite la posibilidad del lucro– sus costos correspondientes.
Entonces, la conclusión cae por su propio peso: el 26,8%, o sea, 27.500.000 MWh, la energía que fue catalogada como “adicional a la garantizada”, “vem de desconto para o setor elétrico brasileiro e paraguaio”, según Jorge Miguel Samek, al menos así lo publican los colegas de Curitiba.
¿Una media verdad o simplemente la verdad de la media? Gratis no es, es mucho más barata, pero gratis no es e inclusive se discuten la transparencia y legalidad de sus métodos de cálculo.
¿Paraguay recibe la misma tajada que Brasil de esta misteriosa torta? No, porque en 2002 la alta administración del ente binacional había decidido otorgarla en proporción a la potencia contratada, o sea, 11% para nuestro país y 89% para Brasil. Por extraño que parezca, para los consejeros del 2002 esta energía dejó de ser binacional, pese a que brota de una usina binacional.