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Ayer se cumplieron 30 años desde que se sincronizaron las máquinas de la central hidroeléctrica de Itaipú, para que entre en operación la primera turbina y el inicio de la generación de energía. Desde entonces, la binacional se convirtió en la mayor central de producción de energía eléctrica, batiendo por dos años consecutivos su propio récord mundial con 98.638.035 MWh. La mayor parte de esta producción sirvió para abastecer al mercado brasileño.
Pese a que la hidroeléctrica china de Tres Gargantas tiene una capacidad muy superior a la de Itaipú (22.400 megavatios), la central brasileño-paraguaya aún conserva el título de mayor productora de electricidad del mundo. En un comunicado difundido ayer, los directores de ambas márgenes se refieren a este hecho y destacan que los logros alcanzados se deben a la eficiencia de los recursos humanos y a la disponibilidad de las unidades generadoras.
“Nuestra localización es el diferencial y por eso somos más productivos que Tres Gargantas pese a la menor capacidad instalada. Toda el agua de la cuenca del Paraná pasa por aquí”, afirma el director general del lado brasileño, Jorge Samek. Agrega que la central, además, se impuso la meta de alcanzar los 100 millones de MWh en los próximos años.
“No nos conformamos con los actuales resultados. Nuestra meta es que hasta 2020, Itaipú se consolide como la generadora de energía limpia y renovable con mejor desempeño operativo del mundo”, destaca Samek.
Los brasileños también mencionan la deuda de la entidad y señalan que la hidroeléctrica tuvo un costo de 27.000 millones de dólares; de los cuales, aún debe 13.000 millones de dólares. “Terminaremos de pagar en 2023. A partir de entonces tendremos solo los costos de operación, lo que nos permitirá ofrecer tarifas más módicas en caso de que ese sea el interés de ambos gobiernos”, afirma el superintendente de operaciones brasileño, Celso Torino.
Según un dictamen de la Contraloría, parte de dicha deuda con el Tesoro brasileño es ilegal. Asimismo, en un análisis realizado por el economista norteamericano Jeffrey Sachs, este concluyó que el saldo de la citada deuda ya fue cancelado hace años.