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Este gremio celebra que se haya pasado de distribuir palas, azadas y machetes a pequeños productores a la entrega de tractores con rastras y otras herramientas mecánicas en la actualidad. No obstante, para la UGP, más que herramientas, el conocimiento es lo que hay que transferir y después viene todo lo demás. La herramienta sin conocimiento podría no tener un buen resultado, afirmó el titular de la UGP, Héctor Cristaldo.
Sostuvo que se trata de “un avance, pero no es suficiente”, y seguidamente manifestó que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) lo que tendría que dar es una buena instrucción a los pequeños productores, y no debería medir el éxito de una gestión por la cantidad de herramienta que entregó, sino ver cuánto aumentó la producción gracias a esas herramientas.
“Lo que hay que hacer es medir. Porque por ejemplo se entregaron supuestamente 1.000 invernaderos, pero hay que ver cuánto fue la producción de frutas y hortalizas. Entonces no es solo la entrega de invernaderos; los invernaderos son buenos, pero si la gente no sabe usarlos, si no se le enseña, y resulta que al final no subió la producción, de qué te sirve”, puntualizó Cristaldo.
A su criterio, el MAG debe trabajar más en capacitar al pequeño agricultor en el uso de la tecnología a fin de que pueda aumentar la producción en sus respectivas chacras.
El otro parámetro a tener en cuenta y medir “es cuánto se ejecutó el presupuesto. El hecho de que se gastó la plata no quiere decir precisamente que se fue adonde tenía que ir ni que se obtuvo el resultado que se quería”, dijo.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería viene entregando tractores con rastras, monocultores y otros implementos a organizaciones campesinas como parte de la reactivación productiva contemplada en la ley de emergencia de la agricultura familiar campesina en todo el país.
Los días 16 y 23 de este mes se harán justamente entregas de nuevas partidas de tractores a integrantes de la Coordinadora Nacional Intersectorial (CNI). Esta organización impulsó la ley de emergencia y es la que el año pasado se manifestó casi 40 días por las calles de Asunción en reclamo de condonación de deudas.