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En la nota, los integrantes de la Aisep afirman que lo acontecido el pasado 24 de diciembre, cuando cayeron 26 torres, dejando sin suministro eléctrico a unas 50.000 personas, es un hecho que pudo haberse evitado, teniendo en cuenta que ya existían antecedentes en la misma zona, que se sumó al problema de las inundaciones. “La caída de las torres en el departamento de Ñeembucú no es un hecho aislado y además ocurre en un tramo bien definido, entre 4 y 15 kilómetros de Villalbín”, señala la nota firmada por los ingenieros Orlando Valdés y Juan Encina, presidente y secretario, respectivamente, de la Aisep.
Agregan que resulta evidente que el motivo fue que la velocidad que alcanzó el viento ejerció una fuerza y presión sobre la estructura que superó la del diseño, lo que hizo que colapsaran. “Esto ocurre porque no se cumplieron las especificaciones técnicas (calidad de los materiales, sección de los herrajes, orientación de perfiles, etc.) o que la velocidad considerada para el cálculo fue inferior”, indicaron.
La nota concluye sugiriendo al Ejecutivo que a corto plazo se realice una auditoría sobre la memoria de cálculo y las especificaciones técnicas de las torres para identificar la causa del error. Asimismo, recomiendan rediseñar y montar nuevas torres en el mencionado tramo y a largo plazo planificar que la ciudad de Pilar cuente con un suministro alternativo a través de una vía independiente a Villalbín.
También la Contraloría General de la República solicitó a la ANDE un informe sobre los antecedentes de las estructuras caídas y los criterios técnicos utilizados para el montaje de la red.