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La empresa Cialpa, dirigida por el Ing. Amílcar Troche, fue responsable de fiscalizar la limpieza del canal paraguayo en el Pilcomayo.
La firma fiscalizadora fue contratada por el Ministerio de Obras Pública en una licitación realizada en el ejercicio fiscal del 2017.
El informe final de fiscalización, ya en poder del MOPC y la Comisión Nacional del Pilcomayo, describe las diferentes etapas de la limpieza tanto del canal artificial como de la cañada La Madrid, llamados lote 1 y lote 2 respectivamente.
La rehabilitación del lote 1 fue responsabilidad de la empresa vial T&C SA, mientras que el lote 2 fue ejecutado por el Consorcio Pilcomayo.
Las tareas comenzaron en el mes de diciembre de 2017. “Los programas de trabajo contemplaban realizar las excavaciones de profundización siguiendo la línea de mayor profundidad del canal existente”.
Tal como está sucediendo en este momento, las lluvias causaron trastornos en la ejecución de obras.
“Transcurridos algunos días del inicio de los trabajos (en el 2017) se producen las primeras lluvias importantes que impiden o dificultan en medida extrema el desplazamiento de máquinas, equipos y la movilidad del personal”.
El resultado de la primera crecida del Pilcomayo fue un arrastre de un elevado porcentaje de sedimentos.
Al respecto, dice Cialpa: “Es destacable la actitud de las contratistas de los lotes 1 y 2 que sin tener aprobado los respectivos convenios modificatorios, por mayor cantidad de trabajo, realizaron una serie de trabajos incluso no previstos pero muy necesarios para posibilitar que las aguas bajas ingresen profundamente al territorio paraguayo como efectivamente pudo comprobarse días después”.
Cuestionamientos en la embocadura
Sobre los trabajos en la embocadura del Pilcomayo, responsabilidad de T&C, Cialpa menciona lo siguiente: “En los frentes de trabajo que utilizaron excavadores y dumpers para retirar el material fuera del cauce del canal, el trabajo cumplió con las exigencias de las especificaciones técnicas y no tiene observaciones”.
Sin embargo, agrega: “En los sectores en los que parte del material excavado no fue retirado en su totalidad fuera del canal artificial, el trabajo no cumple con las especificaciones técnicas del contrato” (negritas son nuestras).
Menciona además que “en algunos tramos del lote 1 el ancho del canal excavado es inferior a la dimensión propuesta en el plan de trabajo aprobado” (negritas son nuestras).
A mediados de octubre pasado, enviados especiales de ABC Color estuvieron en el sector de la embocadura.
Se podían observar con absoluta claridad los puntos del canal artificial donde el trabajo de T&C sí cumplió la exigencia de retirar la arena del cauce.
En otros sectores, el trabajo realizado por la empresa vial era absolutamente cuestionable porque los sedimentos cayeron en el cauce debido a que no fueron extraídos en forma adecuada tal como indicaba el contrato con el MOPC.
El tema de la draga
Las empresas ponen reparos al uso de dragas en el Pilcomayo, olvidando que se tiene un frente de trabajo fluvio-vial.
Bajo el título de recomendaciones del informe final de Cialpa se lee: “El uso de dragas es altamente recomendable en la embocadura del río Pilcomayo y como mínimo hasta la progresiva 3500 metros y deseable hasta la progresiva 8600 metros. En este tramo del canal artificial es vital retirar todo el material excavado fuera del cauce así como los sedimentos remanentes de años anteriores”.
Menciona también que “el uso de dragas es más conveniente desde la embocadura hasta los 3500 metros porque no existe un canal conformado”.
Los primeros 10 kilómetros del canal paraguayo son críticos por la gran cantidad de arena que se deposita en el lugar, con cada crecida del Pilcomayo.
Extraer los sedimentos y depositar a 15 metros del canal sirve de muy poco; esta distancia es la que exige el contrato establecido con el MOPC.
La draga, en cambio, arroja a 100 o 200 metros del canal. La ventaja, en la embocadura, es notoria.
roque@abc.com.py