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Se estima que unas 300.000 empresas del sector privado, además de las entidades públicas, requerirán adecuar sus sistemas a las nuevas exigencias, por lo que el gremio espera que la demanda de profesionales informáticos se dispare. Y teniendo en cuenta que actualmente el sector de la informática está rebasado en cuanto a demanda laboral, incluso con vacancias que no se están pudiendo responder, implementar este plan sin una adecuada planificación podría derivar en una crisis, advirtió.
Se habla de un año como tiempo mínimo adecuado antes de que esté en vigencia el cambio de denominaciones, para que el sistema esté listo para hacer frente. Indicó que es preciso monitorear el ciclo económico de las empresas en el lapso de por lo menos un año, a fin de que no hayan sorpresas en los balances. En cuanto a los costos de estas adecuaciones, Yambay detalló que dependerá de la complejidad de la empresa y de si el software es nacional o desarrollado en otro país.