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Según Acha, la informalidad supone un gran problema porque hay un montón de dinero que no está tributando, poco más de US$ 11.000 millones al año que circulan en el mercado negro. Pero esto, según el directivo de Pro Desarrollo Paraguay, se debe en parte a que también hay un montón de personas que encuentran barreras a la formalización.
Entre estas barreras citó por ejemplo los tediosos y burocráticos trámites para acceder a las licencias comerciales y a la autorización para operar en el marco legal. Según el índice de competitividad del Banco Mundial denominado Doing Business, seguimos estando últimos en la lista de países en el ítem sobre requisitos para abrir una empresa.
Tenemos muchos trámites burocráticos, hasta innecesarios, que no se adecuan a la realidad de los nuevos emprendimientos. Por ejemplo, para un desarrollador de aplicaciones tecnológicas cuyo elemento de trabajo es básicamente una computadora, es igualmente exigible la tenencia de un extinguidor para darle la licencia del negocio.
“El mercado laboral se nos presenta muy complejo y no hay muchos estímulos para que ese mercado pueda invitar a esos futuros protagonistas, mayormente jóvenes, a que inviertan a futuro. “Hay que tener coraje para romper la burocracia y llevar a cabo un emprendimiento en Paraguay”, sostuvo.
Esa es una de las razones que contribuyen a que se siga desarrollando el mercado negro, a pesar del crecimiento de la economía. Lo que se mueve por debajo de la mesa representa en tamaño casi 40% del PIB. Recursos de los que se priva al Estado para este pueda invertir en las áreas de necesidad.
Inestabilidad tributaria
Por otra parte, el profesional indicó que los constantes cambios en las normativas tributarias son otro foco de influencia en la informalidad.
La imprevisibilidad tributaria que se da con los repentinos cambios de timón que se dieron últimamente con las declaraciones del Impuesto a la Renta Personal (IPR), o que tuvimos en su momento con los auditores y un sistema judicial que poco o nada ayuda en la formalización, sientan un precedente de inestabilidad.
Lastimosamente, esto empuja a muchos profesionales a no facturar lo que corresponde por sus labores, a realizar trabajos en negro o directamente no invertir lo que deberían.
Tarjetas vs. mercado negro
Otro factor que según Acha ha empujado hacia a la informalidad a muchos ciudadanos, sobre todo de bajos ingresos, es el topeo de la tasa de interés de las tarjeta de crédito.
El topeo sacó de circulación al menos unos 200.000 plásticos afectando a clientes de bajos ingresos, quienes empujados por la necesidad han recurrido mayormente a sectores informales como el de los usureros para conseguir financiación.
Trabajos precarios
En un reciente evento de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en nuestro país también se reflexionó sobre la informalidad en el campo laboral que llega a un 70% en nuestro país y su efecto en la recaudación fiscal. La emisaria de dicho organismo, Gabriela Ramos, señaló que es preciso flexibilizar y adecuar algunas normas que permitan un mayor acceso a la seguridad social a los trabajadores de microempresas y cuentapropristas. Recomendó desarrollar el sistema de aprendices e invertir en las capacidades.