Indert vendió tierras privadas y el propietario ahora anuncia demanda

El Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) vendió inmuebles privados de la empresa Agropeco SA, en Alto Paraná, a personas no beneficiarias de la reforma agraria. Aunque el hecho ocurrió hace al menos diez años, las consecuencias se arrastran hasta hoy, ya que en este caso la administración actual del Indert, encabezada por Justo Cárdenas, no se ocupa de la recuperación de los títulos expedidos irregularmente.

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DISTRITO DE RAÚL PEÑA, Dpto. de Alto Paraná (Gladys Benítez y Diego Peralbo, enviados especiales). El presidente de Agropeco SA, Carlo Sama, convocó ayer a una conferencia de prensa para exponer sobre el conflicto de tierras que afecta a la compañía, además de exhibir los trabajos que se encuentran realizando, a pesar de las dificultades que derivaron del accionar irregular del Indert.

Según lo señalado, en el año 1985 la empresa acordó vender al ente agrario 2.000 hectáreas, en donde se instaló la colonia Tembiapo Renda, y otras 4.000 hectáreas para la colonia María Auxiliadora.

En vista de que pasó el tiempo y el instituto rural solo pagó por la primera fracción citada, la empresa Agropeco solicitó renovar el convenio de compraventa en 2010 sobre la superficie más grande y replantear el precio, pues pasaron 30 años y el Indert aún no pagaba por las 4.000 hectáreas, cuando la cotización de mercado era completamente distinta del acuerdo inicial.

Sin embargo, la propuesta fue rechazada, razón por la cual la firma propietaria retiró la oferta de las tierras, que nunca fueron transferidas al instituto agrario.

Carlo Sama manifestó que el ente rural no solo incumplió el acuerdo de compraventa, sino además repartió las tierras en cuestión (que aún eran ajenas) a brasileños y otras personas no sujetas del estatuto agrario.

Ocupantes irregulares

El lugar, en vez de ser una colonia campesina, “es un mar de soja”, acotó Sama. Exhibió las imágenes satelitales de los años 2013, 2014 y 2015, que muestran las extensas plantaciones de la oleaginosa. Solo en una fracción de 64 hectáreas, que constituye el casco urbano, se asentaron paraguayos, quienes viven hasta hoy con sus familias, de acuerdo con lo explicado por el empresario.

Considerando dicha situación y tras meses de reuniones con Justo Cárdenas, el presidente de Agropeco y su equipo jurídico lograron que el ente emita una resolución, de fecha 4 de marzo de 2014, por medio de la cual reconocía que las tierras ocupadas irregularmente no son estatales, sino privadas.

“No había tantas ganas del Indert de llegar a un acuerdo, pero se reunieron con nosotros y sacaron la resolución. Constatamos que no beneficiarios de la reforma agraria, más del 50% de origen brasileño, son los que están explotando las tierras sin pagar nada por ellas”, agregó.

Según sus estimaciones, en los últimos 15 años los usurpadores de los terrenos que están aglutinados en la Cooperativa Pindó obtuvieron una ganancia de al menos US$ 40 millones al producir soja en el inmueble ajeno.

Por su parte, el representante legal de la compañía Agropeco, Abog. Juan Carlos Mendonca, explicó que ya tienen los nombres de los ocupantes irregulares mediante un juicio de diligencias preparatorias, iniciado justamente para obtener datos de esas personas. Estos ocupantes se hicieron de las tierras comprando derecheras y en otros casos, con aval del Indert. “Eso es un delito, está criminalizado, sancionado penalmente”, advirtió.

Acotó que la empresa prevé accionar legalmente contra esas personas y no descarta hacer lo mismo contra el ente agrario, considerando que otorgó títulos sin que haya habido la transferencia oficial del inmueble.

Acuerdo con compatriotas

Los campesinos paraguayos que viven en el casco urbano de la colonia María Auxiliadora llegaron a un trato de compra de tierras con Agropeco. Precisamente, esta empresa firmó ayer un documento de compromiso con los beneficiarios, por medio del cual les vende sus lotes urbanos a un precio simbólico de G. 1 millón y las fracciones rurales a G. 12 millones por hectárea. Según Sama, el precio acordado es el 10% de su valor real, por lo que con esto no se busca lucrar sino demostrar la buena voluntad de la firma para regularizar la situación de los labriegos paraguayos.

A su vez, el líder campesino Hilario Sosa dijo que luego de revisar el expediente de las tierras en cuestión pudo constatar que efectivamente el Indert nunca pagó por el inmueble, razón por la cual este sigue a nombre de Agropeco.

Por eso planteó la compra de la superficie ocupada, pagando de común acuerdo, ya sea al contado o fraccionado, según posibilidad de colonos, lo que fue aceptado.

Producción sustentable

Según los datos, Agropeco es dueña de la finca 5.400 de 16.100 Ha., ubicada entre los departamentos de Alto Paraná, Caazapá e Itapúa. De esa superficie total, casi 5.000 Ha. son bosque nativo certificado. La compañía, dedicada al negocio agrícola y desde este año también pecuario, donó 600 hectáreas a la comunidad aché, en un acuerdo para que los indígenas habiten el lugar y a la vez se constituyan en guardabosques.

En los últimos cinco años, el resultado operativo de la gestión fue una ganancia de US$ 7,5 millones, que de acuerdo con la información fueron reinvertidos en su totalidad.

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