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La Contraloría General de la República (CGR) objetó en un reciente informe el incumplimiento de metas en el relevamiento de datos del Sistema de Información de los Recursos de la Tierra (SIRT ) y que pese a ello, se haya seguido asignando más presupuesto al proyecto.
En principio, en el 2015 se debían censar 362 colonias; 350 en el 2016 y 281 en el año 2017. De acuerdo con los datos, de las 993 colonias que se habían proyectado, se alcanzaron poco más de 300. Aun así, en todos estos años se destinó al catastro rural casi G. 33.000 millones y para este 2018 le asignaron otros G. 8.500 millones (en total más de US$ 7,3 millones, al cambio actual).
Al respecto, el Indert en su descargo alega que los trabajos de campo fueron más complejos de lo previsto. Como ejemplo, menciona que del listado de 1.018 colonias campesinas, “luego de un análisis detallado de las condiciones de titulación patrimonial de las mismas, se concluyó que cerca del 40% tenían origen fiscal, lo cual requiere de mensura previa para inscribir a nombre del Indert y solo después empezar a adjudicar y titular los lotes”.
“No han sido pocas las dificultades encontradas en las salidas a campo, donde se produjeron un sinnúmero de situaciones, desde el rechazo total a la realización de esas tareas, los reclamos por ausencia de Estado, quejas contra administradores de colonias, pasando por desinformaciones o distorsiones claras de la iniciativa”, añade el reporte, al destacar que se encontraron constantemente con una “resistencia combinada” de lugareños y de gente que ocupaba irregularmente las tierras fiscales.
Hasta al Presidente le utiliza como escudo el Indert, al mencionar que con el SIRT se dio cumplimiento a una acordada de la Corte, que exige contar con los planos georreferenciados de las colonias, lotes y desprendimientos históricos y que “el mismísimo Presidente de la República, don Horacio Cartes, instruyó al proyecto para ‘ponerse las pilas y dar cumplimiento a esa normativa’”, señala el descargo a la Contraloría.
El glosario de excusas del ente rural continua citando “tareas extraordinarias al objetivo primario” del catastro rural. “En numerosas oportunidades el equipo SIRT se abocó –a petición del alto nivel de decisión institucional y con carácter de urgencia– a entender y sugerir las resoluciones de casos puntuales y de alta conflictividad en campo”, agrega. Lo llamativo es que, como ejemplo, menciona casos como Guahory (Caaguazú) y Barbero Cue (San Pedro), pese a que ninguno de ellos se ha solucionado de forma definitiva (ambos siguen con sus conflictos por tierras).
Aún así, para el Indert, presidido por Justo Cárdenas, esos motivos llevaron a “reorientar de manera sustancial los objetivos” del SIRT, lo cual precisó la contratación de “consultores”.