Durante una conferencia de prensa ofrecida en la bóveda del Central, el gerente de operaciones nacionales del emisor, Isaac Rubén Aguilera, dijo que el aparato cuenta con sensores que detectan si los billetes son aptos para circular o falsos. Para poner en prueba su sistema de seguridad, se incorporan billetes de otra denominación a los fajos, otros falsos, inclusive, papeles que son rechazados automáticamente al no cumplir con los requisitos para los cuales se programó.

Siguió explicando que la máquina tiene la función de clasificar y destruir billetes simultáneamente con una capacidad de procesamiento de 60.000 billetes por hora.

Por su parte, el tesorero del BCP, Pedro Acosta, ha señalado que el proceso de manipulación de los billetes se encuentra bajo fiscalización de funcionarios de la auditoría interna y tesorería del banco y de la Contraloría General de la República. En tanto que la tarea de destrucción, que actualmente se realiza una vez por semana, debe ser controlada por el escribano mayor de Gobierno. La destrucción en línea quedó pendiente de mostrarle a la prensa teniendo en cuenta que debe hacerse en presencia del escribano mayor.