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“Nadie quiere gastar salvo en lo estrictamente necesario”, fue el comentario de Claudemir. Esta situación redujo aquellas inversiones que pueden esperar o ser evitadas y la consecuencia es la disminución de actividades laborales.
Claudemir trabaja en soldadura y pintura. Cuando las cosas van bien puede generar un promedio de dos millones de guaraníes mensuales como ingreso.
Normalmente dedica su tiempo a la chacra familiar y cuando la actividad agrícola disminuye compensa sus ingresos con pintura y soldadura. “Ahora no hay nada” fue su comentario.
Pérdidas en la chacra
Claudemir vive con otro hermano en la casa paterna. La propiedad ocupa una superficie de 10 hectáreas donde en este momento tienen cultivos de maíz.
El 30 por ciento de la producción se perdió por falta de lluvias y ahora ruegan que caigan algunas gotas para que las pérdidas no vayan en aumento.
El padre de Claudemir, don Valdemar, fue uno de los pioneros de Tapé Pora; llegó en 1970 al lugar cuando la región era un inmenso bosque. “Aquí se trabaja duro y muchas veces tenemos apenas lo justo para vivir”, dijo.