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El Ministerio Público inicio la investigación a partir de dos denuncias contra la Essap, pues en los barrios San Miguel, Santa Lucía, Ybaroty y Santa Librada funcionan plantas de bombeo cloacales en las que se acumulan los desperdicios de las casas céntricas. Los desechos tienen como destino una laguna de tratamiento de la aguatera estatal, ubicada a las afueras de la ciudad, pero cuando el motor de una bomba tiene averías, son derramados habitualmente en cauces hídricos. La principal denuncia fue radicada por un grupo de guaireños que desde hace meses vienen reclamando a la aguatera estatal un mejor servicio.
El gerente de la agencia de la Essap, Éver Gregorio Godoy Sánchez, quien soporta un proceso penal por delitos contra el medio ambiente, dijo que él es apenas un responsable administrativo y que son funcionarios de Asunción los que deben responder por las falencias del sistema cloacal.
Alegó que las fallas de las bombas se deben a que los mismos ciudadanos arrojan al váter desechos como plásticos y vidrios que terminan por averiar los motores.
Años atrás, un grupo de vecinos ya denunció a la Essap ante la fiscalía por la misma problemática y en ese entonces Godoy también fue imputado, pero consiguió su sobreseimiento porque el caso finalizó luego de que los representantes de la empresa estatal se comprometieron a aplicar medidas de mitigación, explicó la fiscala Karina Escurra.
A pesar de ello, constantemente las bombas tienen inconvenientes y los desechos cloacales son vertidos en los cauces hídricos, según vecinos afectados. Muchos pobladores deben soportar nauseabundos tufos que emanan de los arroyos.
Godoy es titular de la seccional colorada de la localidad de Yataity. De hecho, muchos cargos en la Essap local son cupos políticos de las autoridades de turno.