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En visita a este diario, los productores del distrito de Lima señalaron que unas 13.000 familias campesinas son beneficiarias del programa de modernización de la agricultura familiar, ejecutada por la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops), Itaipú y el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
La mayoría de los beneficiarios del citado programa se dedican a la siembra de soja, maíz y trigo, por lo que creen que de aprobarse el proyecto de ley que grava la exportación de granos en estado natural, afectará a los labriegos de esos rubros.
“El impacto de ese impuesto en la agricultura familiar sería devastador, porque se trabajará casi exclusivamente para pagar impuestos”, manifestó José Rodríguez, vocero del grupo.
Dijo que la soja, el maíz y el trigo tienen mercado seguro y un precio aceptable, por lo que en la actualidad constituyen rubros de suma importancia para el agricultor familiar. Añadió que el proyecto legislativo “no es la mejor propuesta”, porque afectará al pequeño productor de estos rubros.
Cámara de Anunciantes
Por su lado, la Cámara de Anunciantes del Paraguaya (CAP) anunció ayer que buscará interactuar con otros gremios afectados en relación al proyecto de incremento de impuesto que se estudia en el Parlamento, no solo en relación a bebidas alcohólicas y el tabaco, sino también de la soja, según dio a entender el vicepresidente del gremio, Esteban Morábito. El mismo informó que los directivos de la CAP analizaron ayer el tema y concluyeron que el aumento que se pretende es totalmente “inoportuno e innecesario”, porque dará mayores ventajas al contrabando y además, debido al menor consumo actual, en vez de recaudar más, el efecto sería contrario. Sugieren cobrar impuestos a quienes no aportan nada o casi nada. “Queremos equidad tributaria y pediremos una reforma impositiva integral”, dijo.
Análisis de la UGP
Por otra parte, la Unión de Gremios de la Producción (UGP) sistematizó en un libro escrito por el economista Aldo Centurión López y Julio César Domínguez, la contribución impositiva que hacen el sector agrícola y la agroindustria.
Uno de los datos expuestos en el libro refiere que en el periodo 2014-2016 ambos sectores aportaron el 21,8% de los ingresos tributarios de la administración central. Es decir, de cada G. 100 de ingresos, G. 22 fueron del sector agrícola y la agroindustria.
Menciona igualmente que el aporte agrícola representó un promedio 2,3 veces más la contribución en concepto de royalties de las entidades binacionales (Itaipú y Yacyretá), y el 17,5 veces la del sistema bancario y financiero; y en el año 2016, el sector agropecuario proporcionó US$ 6.493 millones al PIB.