Impuesto a la renta: Verdades y falacias sobre el polémico impuesto

El Congreso paraguayo hoy se debate entre la vigencia y la postergación de una ley, la del impuesto a la renta personal, aprobada el año pasado ¿Por qué tanta polémica y discusión? Al final: ¿Quiénes pagan este impuesto? ¿Por qué tanto terror a este nuevo tributo?

Cargando...

La verdad es que, hasta hoy, solo están inscriptos poco más de mil contribuyentes, muchos de ellos empleados del Estado; entre estos ninguno levantó su voz de protesta, es como si existiese una especie de resignación general; algunos inclusive comprenden y dicen: “¡Por fin los abogados, médicos y otros profesionales libres que ganan bien pagarán sus impuestos!”. Los pocos que protestan son los políticos y “empresarios” de frontera que lo hacen porque se evidenciarían sus ingresos y, principalmente, sus patrimonios.

El sistema tributario paraguayo estaba montado de manera que los que pagaban impuestos sobre sus rentas eran siempre eran los mismos contribuyentes; es solo ver la lista de los eternos “clientes” del fisco. No hubo muchas variantes en los últimos diez años. Entonces… ¿de dónde viene el miedo? Personalmente, tengo dos teorías:

Causa política vs. causa económica

La primera es una cuestión política y tiene sus razones. Ya nadie quiere dar crédito a un sistema estatista, prebendario, clientelista y corrupto, que utiliza los recursos del Estado solo para beneficio del partido dominante. Es como tirar el dinero en un barril de donde se nutren la oligarquía junto con sus parientes y acólitos. También opinan que a este sistema ya no le podríamos dar ninguna concesión, salvo aquellas que traten sobre una cuestión de catástrofe o el riesgo de pérdida de nuestra soberanía nacional. Esta teoría defiende gran parte de la oposición, con excepción del Partido Patria Querida, que, en bloque, ha aceptado su aplicación, independientemente de su apoyo a la Concertación. Pareciera que sus miembros, muchos de ellos empresarios, conforman aquel grupo de contribuyentes que siempre han pagado sus impuestos.

La segunda teoría se basa en una información, aún no clasificada, pero de tanto contenido lógico, que convencería al más escéptico. Se trata del verdadero meollo de la cuestión: la declaración de bienes en el Ministerio de Hacienda y su consecuente actualización anual. ¿Cómo justificaría su patrimonio un congresista que ayer era un simple don nadie y hoy tiene una fortuna evaluada en más de 400 millones de dólares? Suponiendo que tiene once años de ser miembro del Congreso paraguayo, haciendo un cálculo simple podríamos dividir 400 millones por 11 y tendríamos la friolera suma de 36,36 millones de US$ por año, es decir, un salario mensual de más de 3 millones de la misma moneda. Este salario solamente ganan las estrellas del fútbol mundial, los boxeadores, la galería de actores de Hollywood y los mafiosos de nuestra frontera.

Los señores de la frontera, muchos de ellos sin ningún título académico, han amasado inmensas fortunas amparados en sus fueros políticos. Es evidente que este tipo de “contribuyente” no querrá pagar el IRP, el IMAGRO ni el IVA, es probable que solo quieran pagar el impuesto a la renta del pequeño contribuyente (IRPC), es decir, el que pagan las chiperas, los albañiles, los plomeros y las peluqueras. Es así de simple. ¿Cómo un narcotraficante podrá explicar su inmensa fortuna? ¿Cómo un importador, mejor dicho, un triangulador fronterizo, podrá explicar su cuenta bancaria en Suiza, Islas Caimán u otro paraíso fiscal? Tampoco un ex director de Itaipú podrá explicar su fortuna, aún ganando 10.000 dólares mensuales.

Así de sencillo, pero así de complicado es el tema de la renta personal. Yo creo que deberíamos dejar al partido gobernante que haga su último acto de contrición y un mea culpa histórico, bajo el nombre que sea: Programa Umbral, reingeniería, honestización, modernización, etc., etc. Es un caballo de Troya que se dejará a la mafia fronteriza; a los magos políticos que transforman sus sacrificadas “luchas” sociales en estancias y palacios; a los abogados-empleados del narcotráfico; a los médicos y militares que convirtieron su bisturí y sus espadas en grandes cucharones.

Empate técnico

En el Congreso hoy existe un empate técnico. El muy escaso margen de 39 votos a favor de la postergación de dos años más, liderados por el diputado Juan Bartolomé Ramírez, contra los 37 votos que apoyaron la vigencia actual de dicho impuesto, demuestra que la discusión será también reñida en Senadores, donde están los más acaudalados políticos “socialistas” que defienden una ideología “agrarista y humanista”.

El mencionado diputado argumenta que el Estado actualmente no tiene capacidad para administrar dichos ingresos, olvidándose de que los ingresos reales del IRP serán muy bajos debido a que es apenas una trueque de boletas legales. Me explico: Si gano doce millones de guaraníes mensuales, estoy en la lista de los que deben “pagar” dicho impuesto; lo que el común se olvida o no sabe es que pagaré realmente solo el 10% de aquellos gastos que no tengan boletas legales. Un ejemplo simple: Mi ingreso es de 12.000.000, pero solamente compruebo gastos con boletas legales por 5.000.000; consecuentemente pagaré el 10 % de la diferencia (7.000.000), es decir, 700.000 guaraníes en el año en cuestión. Tampoco podemos olvidar que existen 140.000 inscriptos en el rubro “pequeños contribuyentes, que son los que habíamos mencionado atrás, los artesanos, los obreros, los pequeños comerciantes, las peluqueras, etc. Es el impuesto conocido como IRPC, cuya aplicación, hasta la fecha, no ha causado ninguna voz de protesta ¿Cuál es la causa de su silencio? Sencillo: Estos no están obligados a la declaración patrimonial, el verdadero insecto urticante y venenosos para los magos de la finanzas, incrustados en la política nacional.

Conclusión

En pocas palabras, no veo que el Estado pueda recaudar mucho con la aplicación del impuesto a la renta personal (IRP), pues en este sector están los profesionales libres, normalmente universitarios pensantes que no querrán regalar nada al fisco cuando tienen la posibilidad de deducir, o sea, descontar sus impuestos con notas legales comprobando sus gastos. El verdadero objetivo del IRP es la formalización de la economía; por lo menos unos 6.000 contribuyentes de buenos ingresos en el Paraguay exigirán boletas legales haciendo pagar el IVA a muchos comerciantes que se criaron en la cultura del pokarê, la evasión y el pillaje.

Otra aclaración a favor de los que quieren formalizar y legalizar sus economías personales. El ahorro no paga impuesto; y para los valientes que quieran arriesgar sus capitales en el país, a pesar de sus gobernantes y políticos, les mencionamos que existen incentivos fiscales, existen cooperativas que otorgan créditos baratos y, por último, también existen empleados honestos en las reparticiones del Estado que aún creen en un Paraguay sin corrupción. Son las excepciones que confirman la regla de un Estado corrupto y prebendario.

Por último, la gran virtud del impuesto a la renta personal es que los diputados, senadores y “empresarios” de frontera deberán declarar sus bienes y justificar cómo crecen de manera desmesurada sus fortunas. En pocas palabras, el narcotraficante que gana millones de dólares y que tiene sus bienes a nombre de testaferros tendrá que declarar sus mansiones, yates, estancias y sus cuentas en paraísos fiscales, porque también su testaferro estará obligado a declarar los suyos.

El pueblo, por fin, podrá saber cuál es la fortuna real de los herederos de Stroessner, de Calé, de Fanego, de Blas N., del propio Presidente y de los inmortales “barones de Itaipú”.

Luis María Fleitas Vega; Ing. Agrónomo, autor del libro Medio Ambiente y Desarrollo. Columnista invitado.
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...