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Aseguró que la inversión de US$ 76 millones en las plantas permitió el cambio del tipo de combustión del horno, que era necesario para dejar de usar sólo fueloil y permitir también la utilización de combustible sólidos (coque, carbón vegetal o mineral, etc.). Falta aún adquirir el ventilador, cuya fabricación no se pudo encomendar porque se le adeuda a la empresa Flsmith cerca de US$ 2 millones. El costo total trepa a US$ 4 millones, según indicó. En marzo pagarán e inmediatamente la firma comenzará a fabricar la pieza, que estiman durará diez meses. A fin de año ya estarían recibiendo. “Nosotros tenemos que traer lo antes posible ese ventilador por dos motivos; primero porque va a aumentar la producción a 2.200 y 2.300 toneladas de clínker por día de forma nominal. Además de eso, el ventilador actual tiene ya 30 años y se debe sustituir enseguida. De hecho, está en condiciones extremas, pero nos estamos sosteniendo. Se podía haber pagado en 2017 o 2018, pero no se hizo”, refirió.
Paro programado
Anunció que esta semana pararán el horno de clínker tres o cuatro semanas para hacer trabajos de mantenimiento, que no pudieron hacer en diciembre por falta de stock del insumo del cemento. Mientras, seguirán comprando clínker extranjero, toda vez que su precio esté por debajo de los US$ 95 la tonelada. El titular de la cementera defendió la compra del insumo que están realizando por vía de la excepción porque eso, según dijo, les permitirá aumentar la producción de cemento. El plan es cubrir la demanda del mercado en 74%, ya que ahora, con el bajo despacho, están por debajo del 50% según datos del sector (la demanda es de más de 100.000 bolsas de cemento por día, pero la INC despacha menos de 50.000).
Rodríguez negó que se hayan perdido toneladas de “harina cruda” que están depositadas en planta de Vallemí, como aseguraron fuentes a nuestro diario. Se puede utilizar ese material para fabricar clínker, aseguró, aunque el insumo está al aire libre, expuesto a la humedad y al desgaste por estar a la intemperie.