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Saliendo de Paraguay, Villamontes es la primera ciudad boliviana que surge al paso.
Lleva el honroso título de “Ciudad Benemérita”: en junio de 1935 fue eje principal del sistema defensivo boliviano, en procura de evitar que la zona de Tarija cayera en poder del Ejército Paraguayo.
En 1934, el gobierno decretó una movilización general, lo que permitió en diciembre de ese año constituir el Tercer Ejército.
El ingreso de las tropas paraguayas en las estribaciones andinas fue cortado por 36 regimientos. Villamontes se volvió prácticamente inexpugnable.
El ataque paraguayo tuvo lugar el 13 de febrero de 1935, en medio de una profunda desazón en toda Bolivia; la guerra ya no estaba en la inmensidad del Chaco sino a los pies de la cordillera del Aguarague, en plena cordillera de los Andes.
La férrea resistencia en torno a las trincheras montadas alrededor de la ciudad impidieron el avance paraguayo. En recordación del heroísmo en su defensa, Villamontes recibió el honor de ser considerada “Ciudad Benemérita”.
La fundación de la ciudad tuvo lugar el 27 de diciembre de 1905. Antes de ser un poblado el sector estaba habitado por indígenas wenayeh, dedicados sobre todo a la caza y la pesca.
Preocupación por los canales en el río
Villamontes heredó de los indígenas de la región el gusto por los peces. Entre todas las especies sobresale el sábalo (Prochilodus lineatus), conocido como carimbatá en nuestros ríos.
A diferencia del carimbatá, el sábalo es un pez sin esa carga de grasa con que lo conocemos en nuestros ríos.
Hasta hace unos 10 años, la venta de peces era una industria floreciente en Villamontes; de hecho, constituía la principal fuente de ingreso de la población.
Rubén Vaca Salazar, ejecutivo regional de Villamontes, explicó que “la pesca disminuyó terriblemente, casi no hay peces en el Pilcomayo”.
Agregó que “esta situación tiene un impacto social muy grande en las comunidades indígenas, dado que ellas se dedican sobre todo a la pesca”.
Por un lado, se menciona el riesgo de sobrepesca; y por el otro, la consecuencia que puede tener la apertura de canales en el Chaco paraguayo-argentino.
El ingeniero José
Bleichner reconoció que en Villamontes atribuyen la disminución de los peces a los canales abiertos por Argentina y Paraguay.
Al respecto, explicó que “ambos países lograron introducir agua en su territorio, pero no pudieron garantizar que el Pilcomayo siguiera llegando hasta el río Paraguay”.
Mencionó que “del río Paraguay subían los peces hasta los grandes esterales de Patiño, allí desovaban y luego subían a contracorriente hasta nuestras montañas”.
Dijo que “se rompió el ciclo natural y esto explica por qué ya no tenemos peces en nuestra región”.
En Paraguay, los grandes esterales ya no existen, y en Argentina se cortó el escurrimiento del río en el bañado La Estrella. Apenas si hay peces en Villamontes.
Peces no van al Paraguay
Las autoridades de la provincia de Formosa rechazaron en diversas oportunidades la petición de abrir el paso del Pilcomayo hacia el río Paraguay.
Las aguas que ingresan en el canal argentino se escurren hasta el bañado La Estrella.
Aquí se montó un camino que actúa como represa. La ruta provincial 28 Las Lomitas-Puesto Salazar se encuentra asfaltada en este momento.
Este gigantesco reservorio de agua es el soporte del desarrollo del oeste del Chaco formoseño.
En el caso de Paraguay, la colmatación de los cauces terminó por cubrir de arenales los cauces del antiguo Estero Patiño.
Tampoco realizamos intentos serios para intentar una interconexión de cauces para aumentar la superficie regada por el río.
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