Hijos de aduaneros se van formando como “maguitos” de las finanzas

Como si fuera una empresa familiar, varios jefes aduaneros tienen ubicados a sus hijos en puestos claves, donde se ejercen tareas de control de la institución interviniendo comercio internacional. Los sucesores se distribuyen funciones de vista, valoradores, fiscalización, entre otras.

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Sin rastros de algún concurso público de oposición, varios aduaneros tienen ubicados a sus hijos en puestos claves de Aduanas y que se van formando como “maguitos” de las finanzas.

Entre el 2011 y el 2012 casi todos ingresaron a la edad de 20 años, es decir, las influencias de los padres ya les aseguraban un cargo prácticamente al terminar el colegio. Según fuentes de la institución, colocar sucesores en Aduanas es una vieja práctica principalmente de los jefes.

La mayoría de ellos se distribuyen en visturía, valoración, fiscalización, áreas sensibles de Aduanas, y tienen a su cargo tareas de control tanto en la verificación física de mercaderías así como de la determinación de su valor.

El privilegio de ser hijo de aduanero y estar en puestos claves significa para estos jóvenes el rápido acceso a vehículos de alta gama, vacaciones en los mejores lugares del mundo, etc., mientras que para los demás de su edad esto es impensable ya que llegar a estos lujos equivale primero a la culminación de una carrera universitaria, un concurso de méritos para ocupar cargo público y varios años de carrera profesional. De esta forma se va consolidando la cofradía de una nueva generación de aduaneros que ya tienen anticipada prosperidad como sus progenitores.

En algunos casos padre e hijo están en una misma administración aduanera. Ocurre en Silvio Pettirossi, donde es subadministrador Adolfo Almirón Gómez y su hijo Adolfo Andrés Almirón Ayala es vista en este lugar, es decir, operan en familia allí (ver infografía).

Intentamos hablar con algunos de estos “maguitos” de Aduanas, pero la mayoría no nos atendió. Jorge Martínez Yaluk respondió con una burla vía mensaje de texto que dice: “Yo estoy para delatarle hasta a Lucifer. Por favor si podes poner alguna foto que me favorezca”.

Richard Ferreira Da Costa, el joven que cuando era contratado y cobraba sueldo mínimo registró a su nombre un vehículo de unos US$ 30.000, dijo que se incorporó “con un examen de ingreso”, que sí hizo concurso y que tiene título universitario.

Sin embargo, no existe en la Función Pública llamado de concurso de oposición ni procesos de selección para el cargo adjudicado al joven, según pudimos corroborar.

rossana.escobar@abc.com.py

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