“Hay que revolucionar la industria y dejar de llorar”

Para Luis Llamosas, presidente de la Asociación Industrial de Confeccionistas del Paraguay (AICP), nuestro país tiene todo para convertirse en una potencia en la confección, al igual que en la ganadería. Añadió que lo primordial es empezar a trabajar en proyectos y “dejar de llorar por el contrabando”.

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Luis Llamosas viene trabajando desde hace varios meses en la planificación del plan nacional estratégico para el sector confeccionista en Paraguay.

El empresario se muestra muy optimista en que de aquí a 10 años el proyecto genere 100.000 puestos formales de trabajo y acabar con la competencia desleal que es el contrabando.

Según el industrial, la industria confeccionista tiene todo lo necesario en el país para convertirse en una potencia regional, tal como lo hicieron los actores de la ganadería local.

El titular de la AICP agregó que el plan en el que están trabajando consta de cuatro ejes fundamentales: el primero, una reconversión total de las maquinarias. Esto incluye compra de equipos de avanzada, con tecnología nueva, que tenga una producción mucho más importante de la que ahora se tiene.

Esta reconversión del equipamiento debe ir acompañada de una capacitación técnica de los jóvenes (manejo de máquinas, tejidos, cortes, diseños de moda, etc.), que es el eje número dos del plan de referencia.

Otro punto fundamental que Llamosas mencionó es el fortalecimiento del sector comercial. Señaló que en el presente casi no hay vendedores capacitados en el sector de las confecciones o tejidos y que ese es un error fundamental, para satisfacer pequeñas o grandes demandas.

Por último, el industrial aseguró que esos tres ejes giran en torno a otro, que es la disponibilidad de un importante sistema de financiamiento para el sector, que permitirá adquirir las nuevas máquinas, hacer las capacitaciones y empezar con los nuevos diseños y un marketing más importante a nivel nacional.

Llamosas añadió que para que estos ejes funcionen el plan estratégico prevé la participación de cada sector involucrado –sea privado o público– para que se fortalezca el trabajo y se pueda iniciar lo que considera una “revolución” en la industria de la confección.

Comentó que actualmente el sector cuenta con unos 35.000 a 40.000 empleos pero que la mayoría aparece como pequeños confeccionistas que no tienen un sistema financiero que los ayude a invertir en maquinarias nuevas y a innovar, razón por la cual se quedan estancados.

Agregó que para 2025 este plan, una vez trabajado y consensuado entre todos los sectores, dará empleo a 100.000 cabezas de familia, lo que ubicará a Paraguay como una potencia en la industria.

Resaltó que la calidad de la confección paraguaya es buena, ya que cada año aumentan las exportaciones, un indicador que demuestra que el país puede, dijo.

“Desde los años 90 nos venimos quejando del contrabando. Yo no quiero llorar más, quiero empezar a trabajar y ver cómo superar este problema. Nos quejamos de lo que ingresa de China, entonces veamos cómo trabajan. Si no puedes con tu enemigo, únete a ellos. Busquemos alianzas, hablemos con los políticos, empecemos a buscar soluciones”, finalizó Llamosas.

“No aflojar controles”

Llamosas dijo que este plan busca reemplazar el lamento por las acciones, pero que eso no quiere decir que las instituciones dejen de controlar. “La Aduana no tiene que aflojar ni un milímetro sus controles para evitar la subfacturación o el contrabando, que tanto afectan a la industria local. Tenemos que seguir con nuestro plan y, a la par, mantener estrictos los controles”.

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